La pandemia trajo consigo un sinfín de retos para las unidades económicas del mundo; sin embargo, para las empresas locales ha representado un desafío mayor al tener que subirse “al tren” de la digitalización, comentó el presidente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) delegación Querétaro, Fabián Camacho Arredondo.
En entrevista con EL UNIVERSAL Querétaro, el dirigente del comercio organizado dijo que tras la pandemia este organismo también está preparándose para afrontar el reto de ser una herramienta atractiva para los jóvenes, debido “a que las cámaras y en general los organismos gremiales corren el riesgo de volverse obsoletos”.
Agregó que ahora que ya han pasado los momentos más complicados de la pandemia, el desafío ha vuelto a ser que los negocios confíen en los organismos gremiales y que le apuesten a esta forma de organización.
¿Cómo enfrentas el reto de asumir la presidencia de la Canaco en plena pandemia?
—El tiempo en el que tuve que tomar la decisión fue el 2020, los tiempos más aciagos de la pandemia, donde creo que todos reivindicamos la idea de regresar hacia lo fundamental, hacia la familia, hacia nuestros negocios, hacia lo que nos daba prosperidad y, a veces, un ejercicio representativo como la cámara, parecía un lujo en tiempos donde lo elemental era lo urgente.
¿Cómo modernizar un modelo con tantos años de existencia?
—En el diálogo que tuve con los socios y el consejo, fue apostarle a una cámara que pueda reinventarse, el siguiente año estaremos en nuestro 120 aniversario; la cámara tiene la capacidad de adaptarse, pero la implicación que nosotros reconocemos es que también la manera en que hoy se hacen negocios en Querétaro y en el mundo es diferente a como se hacía hace 20, 30 años; es importante abrir la cámara a las nuevas tendencias de desarrollar negocios y abrirse al Bajío y abrirse al mundo y, con ese enfoque es que hemos afrontado los desafíos de esta pandemia y sembrado al menos los pilares que puedan ir garantizando que, la cámara por sí misma, junto con sus socios, vayamos transitando hacia un proceso de reinversión y de una propuesta de valor diferente que nos ayude, a llevar más Querétaro, al Bajío y al mundo.
¿Esa visión cómo se aterriza en los negocios?
—Las empresarias y empresarios traen esa convicción de que hoy en día los negocios tienen que replantearse, ser más profesionales, más competitivos, tienen que apostarle mucho a que la economía local esté fortalecida para poder realmente aportarle a un ejercicio de competencia hacia el exterior.
¿Cómo conciliar los nuevos negocios con los más antiguos?
—Nosotros tenemos socios de hasta 50 años que han logrado transitar en el tiempo, por tradición, la cámara tiene un arraigo muy fuerte en los negocios de antaño, aquí hay que decirlo, muchas veces la tradición de estar afiliado a una cámara es una tradición que se instaló en México desde hace muchísimo tiempo y en Querétaro era un arraigo que ser parte de la Cámara de Comercio significaba, además de cumplir con tu licencia de funcionamiento, con tu visto bueno de Protección Civil, significaba ser un negocio de prestigio y calidad. Encontramos hoy en día el desafío de que, para las nuevas generaciones, ya no representa en gran medida ese mismo orgullo y ese mismo prestigio pertenecer a un organismo empresarial.
¿Es algo exclusivo de las cámaras?
—Creo que el gran desafío que tenemos las organizaciones es agremiar y sumar a personas.
Es por ello que hoy estamos buscando, con los nuevos modelos de negocio, hablando, por ejemplo, del tema de criptomonedas, de las industrias creativas, toda esta tendencia fuerte que hay para impulsar a programadores en temas de videojuegos, en temas del metaverso, para poder estarle hablando también a ese segmento y decirles que en la cámara de comercio hay un espacio en el que pueden fortalecer mucho sus negocios.
¿Pero el tema de la digitalización sigue siendo un tema pendiente?
—Nos ha implicado un doble desafío porque es detonar servicios y beneficios para los negocios que se mantienen en esquemas tradicionales, procurando llevarlos hacia la digitalización y la eficacia, pero al mismo tiempo poder estarles hablando a esas nuevas generaciones de empresarios y de emprendedores que están buscando dinamizar su negocio a una escala mundial, digital, con las nuevas tendencias.
Sabemos que en la capacidad que tenga la cámara de comercio de hoy en día es estarles aportando valor a jóvenes emprendedores, mujeres y hombres, entre los 20 y los 30 años, esa es parte de la clave para entonces tener una cámara viable en los próximos 40 años. Porque si hoy logramos conquistar ese mercado, en términos de orgullo de pertenecer a la cámara, es una generación que al menos durante los próximos 15 a 20 años, puedan seguir confiando en este organismo sabiendo que les brinda servicios y beneficios de alta calidad.
¿Consideras que el formato de cámara se ha quedado obsoleto?
—Tiene el riesgo de quedarse obsoleto, el tema gremial tiene el alto riesgo de quedarse obsoleto, como muchas otras organizaciones. Creo que los liderazgos que hoy en día representamos colegios, cámaras, asociaciones empresariales, tenemos el alto desafío de reivindicar las nuevas necesidades que los profesionistas, los empresarios, los comerciantes, requieren.
Si no somos lo suficientemente audaces, creo muchos de esos modelos organizacionales corren el riesgo de caducar y particularmente en la Cámara de Comercio sabemos el gran desafío que eso significa y personalmente y con el consejo que afortunadamente me acompaña, hemos decidido no ser la generación que le toque ponerle el candado de cerrado a la Cámara de Comercio, hemos decidido ser la generación que le brinde ese tanque de oxígeno para poder reinventarse, ser audaz y poder atender las nuevas necesidades del mercado.