Las queserías artesanales, agremiadas a la Asociación de Productores Queretanos de Queso,  recurrieron a las ventas a domicilio para disminuir el impacto económico de la contingencia sanitaria, indicó Fernando Alonso Fernández, presidente del gremio.

Antes de la contingencia  eran dos las principales formas de venta que tenían para sus productos: ofrecerlos a través de restaurantes y venderlos directamente en la empresa, en visitas que aprovechaban los clientes para conocer de la elaboración e, incluso, comer en las queserías con restaurantes.

La pandemia  cerró restaurantes e impidió los recorridos, de ahí el fuerte impacto en los productores.

Mil 500 cabezas de ovejas, cabras y vacas son con las que cuentan para fabricar  500 toneladas de queso que cada año generan los agremiados, todos  artesanales.

Gracias a las ventas a domicilio, así como a la reactivación de restaurantes,  actualmente se vende cerca de 70% de los productos que se elaboran,  el 30% restante se mantiene en maduración.

El flujo de efectivo disminuyó, pero se trata de cifras muy buenas, al considerar lo fuerte de la crisis.

Los productores pequeños podrían tener una situación más complicada, declaró, al recordar que gracias a la “Ruta de arte, queso y vino” llegaban a las queserías artesanales 145 mil visitantes por año.

Los recorridos están prohibidos, pero la reapertura de restaurantes genera una nueva esperanza para los agremiados.

El repunte aún no es tan alto; en la finca de Quesos Vai se recibe a un promedio de 150 personas a la semana, antes llegaban mil.

Aquellas queserías que distribuían ya en grandes superficies observaron un repunte, ante la necesidad de la población de quedarse en sus casas, mientras que quienes venden queso artesanal, optaron por realizar promociones, que aparecen en la página de internet de la asociación. También ofrecen entregas a domicilio.

“Gran parte de nosotros, nuestro canal de ventas iba dirigido a turistas y a restaurantes; esos dos rubros, de la noche a la mañana se cerraron. Tuvimos que seguir ordeñando, cuidando, alimentando a nuestros animales sin tener una entrada de dinero, se complicó un poco y buscamos canales distintos”, dijo Fernández.

La campaña que se realizó para preferir el consumo local generó resultados positivos; incluso Sagarpa y Sedea colocaron cartelones afuera de tiendas para motivar a la población a que, al comprar quesos, prefirieran productores locales.
Como carecían de esquemas para entregar a domicilio, en las queserías se optó por lanzar convocatorias para que aquellas personas que se hubieran quedado sin empleo, se sumaran al esquema de distribución.

“Solos, nosotros los queseros, no íbamos a poder lograr llevar nuestros quesos a todas las casas”.

Declaró  que las ventas son menores a las registradas antes de la contingencia, pero los queseros artesanales lograron mantenerse en las casas de los queretanos.

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