En los seis años de la administración que encabezó el expresidente Enrique Peña Nieto, México perdió presencia como país petrolero a escala internacional.
Al cierre del año pasado, Pemex se colocó en el lugar 12 como uno de los principales países productores de petróleo, cuando al arranque del sexenio pasado ocupaba el séptimo lugar.
La empresa perdió cinco lugares en el ranking correspondiente y fue desplazado por Irak, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Brasil y Kazajistán, que brincaron al escenario petrolero para ubicarse en el top de las 10 petroleras más importantes del mundo como naciones productoras de crudo.
Pemex publicó el Anuario Estadístico 2018, el cual muestra una caída de la industria petrolera mexicana en los rankings más importantes que evalúan empresas especializadas, como OPEP, Anual Statistical Bulletin, Fortune, Energy Intelligence Grup, PIW Ranking y Oil and Gas Journal, entre otros.
Perdió dos lugares como país exportador de petróleo; tres en materia de reservas probadas de petróleo crudo; cuatro en reservas probadas de gas; cinco entre los países más importantes como productor de petróleo y gas, y siete entre las naciones más relevantes por sus ventas totales.
Uno de los principales problemas de la desaceleración de la industria petrolera mexicana fue el desplome de las inversiones destinadas a exploración y explotación de campos petroleros, pues la apuesta fue que la apertura a la inversión privada con la reforma energética complementara los recursos que la industria requería a partir de su aprobación.
En 2014, Pemex recibió la mayor partida de presupuesto de inversión (devengable) del sexenio, estimada en 20 mil 493 millones de dólares, pero a partir de ese año empezó el declive.
En 2018, la cifra se ubicó en 8 mil 126 millones de dólares, un desplome de 60.3%. Un año antes, en 2017, fue peor, pues recibió 7 mil 486 millones para los mismos trabajos.
Con esos recursos la actividad petrolera se fue a la baja:
En 2013, la empresa perforó 38 pozos exploratorios. Para 2018, la cifra se redujo a 19; de 437 pozos de desarrollo se redujo a 67 en el mismo periodo; las obras que consideran plataformas y estructuras marinas llegó a ser uno o cero en 2016 y 2017; los ductos construidos pasaron de 13 como máximo en 2014 a cuatro en 2018, y los kilómetros de ductos desarrollados pasaron de 173 en 2014 a 17 en 2018.
Esta situación contribuyó no sólo a que el sector petrolero mexicano perdiera dinamismo sino lugares en el ranking mundial.
La evaluación realizada por organismos internacionales muestra, por ejemplo, que Pemex perdió dos lugares como país exportador de petróleo, y pasó del 12 al 14 sitio a escala internacional al reducir el volumen de embarques, de un millón 255 mil barriles en 2012 a un millón 184 mil el año pasado.
Su lugar lo ocupó Kazajistán y Estados Unidos, en donde se levantó la prohibición para exportar petrolero crudo.
Perdió tres lugares en reservas probadas de petróleo, toda vez que pasó del 17 al lugar 20 del ranking. Uno de los espacios que dejó Pemex fue ocupado por Noruega.
Como país productor de petróleo, México perdió cinco escaños, al pasar de lugar siete al 12.
Finalmente, en el indicador relativo a las empresas más importantes por ventas totales, Pemex perdió siete lugares, al pasar del lugar 11 al 18 del ranking mundial.
En 2012 generó 80 mil 643 millones de dólares. El año pasado, de acuerdo con el Anuario Estadístico de Pemex, la cifra alcanzó 71 mil millones.
En este caso fue superado por las empresas Sinop, Gazprom, Lukoil, Valero y SK Holding.