Durante el cierre de actividades a causa de la pandemia, se originaron pérdidas de 6 millones de pesos en las empresas dedicadas al ejercicio, informaron la Canaco y la Asociación de Fisicoculturismo, Fitness y Centros Deportivos de Querétaro, al  anunciar que difundirán que los gimnasios  son lugares seguros frente al Covid-19.

El 17 de junio se retomó la actividad en los gimnasios y si bien, aún no se logra la necesaria recuperación, ya comienza a observarse un repunte, se indicó en rueda de prensa encabezada por Rubí Ponce Solares, presidenta de la asociación, y Carlos Habacuc Ruiz Uvalle, presidente por Querétaro de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco).

Tras la reapertura, los agremiados reportan una derrama mensual de 6 millones de pesos, cifra positiva, aunque aún alejada a los 10 millones de pesos que generaban antes de la pandemia.

Resaltó que, producto de la contingencia, fueron 22 los gimnasios que se vieron obligados a cerrar de manera definitiva, sin embargo, el desempleo no fue tan grande, toda vez que la mayoría de quienes en ellos laboraban como entrenadores ya fueron recontratados por alguno de los agremiados y que, a la fecha, solo falta por colocar a dos de esas personas.

Alrededor de 20% de los agremiados está cerrado de manera temporal.  Se trata de un sector que genera 2 mil 500 empleos. Son 560 los agremiados, 320 microgimnasios, o gimnasios de barrio, los restantes son negocios grandes.

Apuntaron que el trabajo coordinado entre Canaco y estos establecimientos surgió luego de una manifestación frente a Palacio de Gobierno,  por personas que decían ser dueñas de gimnasios y exigían que se les dejara trabajar. Tras la protesta, la asociación buscó a los participantes, pero sólo 3 de ellos eran realmente del gremio y, de manera inmediata se les invitó a sumarse al organismo.

Ese 80% de los gimnasios agremiados que sí está operando mantiene estrictas medidas de seguridad,  para evitar que puedan registrarse contagios.

Para evitar aglomeraciones, así como garantizar que exista control, es que el ingreso a los gimnasios se programa dentro de rutinas de una hora 20 minutos, se tiene un registro de quienes acuden; en cuanto acaba el tiempo y desocupan el lugar, se realiza una limpieza profunda, para permitir ingresar a otro grupo.

Se trata de un control que también permitiría que, en caso de que alguno de los usuarios llegara a reportarse enfermo de Covid-19, de manera inmediata se avisaría al resto de las personas que estuvieron en el mismo circuito,  para que se resguarden los 15 días que se establecen como plazo para detectar síntomas de enfermedad.

Es indispensable disminuir los índices de contagio, solo así los establecimientos podrán crecer su clientela, pues actualmente se les autoriza trabajar al 30% de su capacidad, al pasar al semáforo amarillo podrían operar a 50%.

Además de los esquemas creados para generar confianza, los dueños de gimnasios implementan otras acciones para repuntar sus ingresos, entre estas, generar convenios con empresas, hacer descuentos para familias y estudiantes, además de que algunos también mantienen medidas que implementaron en el semáforo rojo, entre ellas brindar cursos en línea.

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