El 15 de diciembre, el Ejecutivo federal, por conducto de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, entregó el Paquete Económico 2019 al Congreso de la Unión, que incluye además de los Criterios Generales de Política Económica, la iniciativa de Ley de Ingresos y el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación.
El planteamiento de la administración pública federal, el primero en funciones de la administración entrante, prevé para el año 2019 un crecimiento económico puntual del orden de 2%, un nivel de inflación de 3.4%, un tipo de cambio de 20 pesos por dólar y para la mezcla mexicana del barril de petróleo un precio de 55 dólares en promedio, entre otras variables.
En materia de finanzas públicas se estiman ingresos públicos presupuestarios por 5 billones 274 mil millones de pesos (mdp), monto superior en 6.3% respecto del año anterior, y un gasto neto total por 5 billones 778 mil mdp, que representa un crecimiento de 6.1% respecto del presupuesto aprobado en 2018. Asimismo, el Ejecutivo Federal propone un superávit económico primario de las finanzas públicas de 1% del PIB, superior al 0.7% presentado en 2018, y que el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público no aumente respecto a lo aprobado en 2018.
Ante este contexto, se presenta una erogación del orden de 251.6 mil mdp para el cumplimiento de 18 proyectos prioritarios, entre los que destacan la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores con 100 mil mdp; el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, con 44.3 mil mdp, y el proyecto de modernización y rehabilitación de la infraestructura aeroportuaria y de conectividad, con 18 mil mdp.
En principio y grosso modo, se advierte un presupuesto equilibrado con alto enfoque social, pero a la vez frágil por el inestable entorno mundial; un presupuesto que obedece a los principios de transparencia y responsabilidad hacendaria, así como prudencia en el gasto público. No obstante, como en todas las administraciones, será necesario ejercer los contrapesos ciudadanos y del empresariado nacional para velar por un ejercicio eficiente y eficaz que, además de cumplir las funciones que tiene el gobierno en la economía, propicie las condiciones necesarias para la fortalecer la inversión y el desarrollo económico. Recordemos que, quizás a diferencia de administraciones anteriores, en los primeros meses, el gobierno deberá llevar a cabo cambios logísticos y de estructura burocrática.
Asimismo, vale decir que si bien prevalece el equilibrio en la propuesta de gasto, dicha propuesta proviene de la cancelación de obras y el desmantelamiento de instituciones como el Instituto Nacional del Emprendedor, el Consejo de Promoción Turística de México y el Instituto Nacional para la Evaluación Educativa, lo que demanda redoblar esfuerzos para que lo que se ha hecho bien, se siga haciendo bien por el desarrollo del país.
Del mismo modo, programas de interés para la presente administración y en cuya ejecución está involucrado un presupuesto considerable, requerirá de los mecanismos adecuados en materia de diseño de procesos, definición de reglas de operación, oportuna atención al padrón de beneficiarios y desde luego, evaluación del costo beneficio de dichos fondos con el objetivo de valorar el impacto de las medidas implementadas y dejar a un lado toda posibilidad de ser utilizados como clientelismo social con intenciones partidistas.
Ejemplos de ello son los ramos presupuestarios de Energía, y de Trabajo y Previsión Social, que observaron incrementos considerables respecto del presupuesto del año anterior. En el caso de Energía, el incremento asciende a 961.3%; y en el de Trabajo y Previsión Social, a 932%, como resultado de la integración del proyecto Jóvenes Construyendo el Futuro, aunque cuidado: la reducción de los presupuestos a las universidades públicas representa un alto riesgo.
Asimismo, presupuestos como el destinado a la Comisión Reguladora de Energía y Comisión Nacional de Hidrocarburos con reducciones de 31.1% y 30.3%, respectivamente, presentan áreas de oportunidad para mantener sin afectaciones sus funciones en pro de la maduración de un joven mercado del sector energético y, a su vez, dar un mensaje de respeto a las instituciones con autonomía técnica en su quehacer como parte del andamiaje regulatorio del país.
Sin duda, el análisis del Paquete Económico 2019 es vasto, pues falta por revisar detenidamente la estructura de ingresos, en consideración de que no se advierte una reforma hacendaria o incremento de impuestos, y su suficiencia frente a los proyectos que la administración pretende emprender; sin embargo, este tema y otros puntos se dosificarán en próximos comentarios, a fin de comprender qué nos depara el próximo año 2019 y cómo tomar las mejores decisiones.
Lo que hay que enfatizar es que realmente para que este presupuesto equilibrado funcione, dada la fragilidad que marca el mismo entorno, se requerirá de un gran esfuerzo; si se logra, será positivo para nuestro país.
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