Quisiera iniciar comentando las estadísticas de salud de nuestro país:
-En México, cada año mueren 74 mil personas a consecuencia de la diabetes mellitus y sus complicaciones.
-El 68% de la población mayor de 20 años tiene sobrepeso y obesidad.
-En México, más de 15 millones de mexicanos entre los 20 y 69 años se conocen hipertensos, mientras que en los hombres mayores de 60 años, se llega a presentar hasta en un 50%.
-Más de la mitad de la población en México no realiza ningún tipo de ejercicio.
¿Cuántos pacientes no hubieran presentado estas enfermedades crónicas no transmisibles, si hubieran tenido la intervención de un nutriólogo en el manejo de su salud?
¿Por qué si sabemos que el manejo de sobrepeso, obesidad, diabetes, hipertensión, inicia con modificar y mejorar los hábitos de alimentación del paciente, los médicos no lo promueven? ¿Por qué entonces no hay los suficientes nutriólogos en los servicios de salud para lograr este impacto en la población?
En 1947, el doctor Federico Gómez tuvo la visión de implementar la sala de nutrición, un área en el hospital que ahora lleva su nombre, donde se nutriría a los niños hasta que tuvieran un estado de salud adecuado para su egreso. Desde entonces, la nutrición y la función del nutriólogo en México han tenido un avance lento y poco reconocido.
Actualmente sólo hay 2.4 nutriólogos por cada mil habitantes y sólo 1.5% de los estudiantes de licenciatura a nivel nacional, están estudiando nutrición.
Si contemplamos que el nutriólogo es una pieza clave para la salud del país a futuro, debemos lograr que cada mexicano acuda por lo menos una vez al año a consulta, para que identifiquen y reconozcan los hábitos de alimentación que afectan su salud y la de su familia, y comiencen a hacer los cambios necesarios para seguir teniendo una excelente calidad de vida.
Para quienes ya viven con diabetes, obesidad, sobrepeso o hipertensión, la revisión por parte del nutriólogo deberá ser dos veces al año, cuando ya se está en control. Siempre estas consultas deberán complementar el tratamiento médico.
¿Y por qué sólo hablar de consultas cuando el nutriólogo puede intervenir en muchas áreas de la sociedad?
En las industrias hay 8.6 millones de trabajadores, y en su área laboral reciben uno o dos alimentos al día, los cuales exceden sus necesidades de energía y son menús pobres en nutrimentos esenciales.
Los obreros con problemas de salud no recibirán una alimentación adecuada porque los servicios de comedor no cuentan con la asesoría de un nutriólogo, que podría calcular el menú diario con variedad de alimentos, y también con la cantidad suficiente para que cada comensal cubra sus necesidades de energía y además, tenga una alimentación adecuada para su situación de salud.
En las escuelas se puede capacitar, tanto a niños como a padres de familia, en la educación de buenos hábitos de salud, además de participar en la mejora de la oferta de alimentos que ofrecen las cafeterías o tienditas de los colegios. Ya basta de que ofrezcan refrescos, dulces y alimentos poco recomendables a nuestros niños, por parte de las cooperativas y también de sus propias familias.
Hoy es el momento de iniciar ese cambio. Los nutriólogos estamos llamados a incidir con mayor efectividad en la alimentación de la población. Y cada individuo debe tomar la decisión de mejorar su salud a través de una consulta de nutrición y conocer los beneficios que recibirán tanto él como su familia, para hacer cambios pequeños cada día, pero fundamentales para ese futuro que se planea.
Nutriólogos hay en todas las ciudades. Sólo falta que cada persona decida cómo será su salud en el futuro.
*Nutrióloga clínica. Presidente del Colegio de
Nutriología de México 2019-2020.
Clínica Torre Roja San Juan del Río, Qro.
(427) 101.85.50 ext. 2.
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