Querétaro es una ciudad de leyendas, algunas de ellas de terror, y durante estos días de Muertos, la gente busca asustarse. Una forma de hacerlo es a través de los recorridos de leyendas o incluso en el nuevo Museo de las Ánimas.
Con 15 leyendas, tres salas, 31 esculturas y un audioguía, el artista plástico William Nezme Zardaina crea este museo a finales de octubre “en su constante búsqueda por fusionar y complementar su talento y amplia experiencia en sus cuatro grandes pasiones (la escultura, los efectos especiales, el género de terror y las historias de fantasmas)”, según dicta la introducción de su primera sala.
En días pasados, y a través de una rueda de prensa, el creador comentó que la idea surgió de la mezcla de sus tres grandes pasiones.
“La idea surge hace más de cuatro años y esto fue a partir de las búsqueda; soy escultor desde hace muchos años, 'monstruólogo' como yo me digo [ríe], y mi fuerte es el género de terror, pero llegó un punto en mi carrera en donde sentía que, aunque sí había logrado cosas que quería, yo necesitaba algo en donde tuviera total libertad y total control de lo que yo quería hacer y en esa búsqueda de fusionar mis tres grandes pasiones que son la escultura, el género de terror y los fantasmas porque me gusta mucho todo lo de actividad paranormal y demás; así es como se me ocurrió un museo donde pudiera tenerlo todo y crearlo todo desde cero”, destacó Nezme.
En cuanto a las leyendas, se trata de algunas ya muy conocidas: “La casa de la Zacatenaca”, “La casa del Diablo” o “La leyenda de don Bartolo” y “El Chupacabras”; algunas no tan conocidas como: “La muerte de Vergara”, “La Planchada”, “El gato de Francisco Cervantes” y “El hijo del Diablo”; y otras que tratan sobre seres mitológicos: duendes, brujas, alienígenas y fantasmas.
Sin embargo, dejan de fuera algunos relatos icónicos de la ciudad, como lo son “El agujero del Diablo”, leyenda que cuenta cómo un sacerdote del templo de San Francisco fue seducido por el mismo Lucífer, quien había cobrado la forma de una mujer; o la de “La Llorona”, fantasma de una mujer que algunas noches es vista en diferentes puntos de la ciudad, lamentándose por la muerte de sus pequeños hijos.
Las 31 esculturas que se hallan en este recinto fueron creadas por la agencia Ill Cubo Creations, a cargo de Patricia Paniagua y William Nezme, quienes han anunciado que anualmente se actualizarán las figuras para dar paso a más leyendas terroríficas.
Como es sabido, el Día de Muertos recién pasó, aunque las festividades continúan y los turistas que asistieron a toda clase de talleres, desfiles, exposiciones y eventos; con motivo de estos días, también se han interesado en esta exposición permanente.
“Sí, el Día de Muertos tuvimos mucha gente, aunque también hemos tenido muchos visitantes desde que abrió (19 de octubre); personas de todas partes”, comentó Patricia Paniagua.
Para la redacción de la guía de audio fue necesaria investigación bibliográfica en 14 libros escritos por Valentín Frías y Jaime Zúñiga, así como de la colaboración del museógrafo Manuel Oropeza, la historiadora Guadalupe Barrera y el cronista Miguel Ferro.
Con el anuncio de lo que sería el museo más terrorífico de Querétaro —aunque cabe recordar que en días pasados sus fundadores enfatizaron que este no era una “casita del terror” sino un museo con el propósito de educar y difundir la cultura—, con una inversión de más de 2 millones de pesos para planear, diseñar y construir este Museo de las Ánimas en una superficie de 700 metros cuadrados, algunos visitantes comentaron su experiencia y EL UNIVERSAL Querétaro visitó las instalaciones para hacer el recorrido.
Así se vivió el recorrido. La experiencia comienza con una animación que da la bienvenida y las indicaciones a los asistentes, al mismo tiempo que proporciona un aparato de audio, con el cual será posible escuchar las 15 leyendas durante la hora y media que tarda la exposición.
Las esculturas son impresionantes: la mayoría son de humanos a escala uno a uno, es decir, tamaños reales, bastante detalladas y un tanto grotescas. En casi todas se aprecia un video y grabaciones que ilustran mejor el relato o leyenda que les dio vida.
“El Museo de las Ánimas no es un museo de miedo, esperaba algo diferente, pero me gustó. Varios de los relatos no los conocía, y otros son ya bien conocidos. Los personajes (esculturas) sí me gustaron, están bien hechos y dan algo de miedo”, platicó Andrea, una joven que disfrutó del recorrido y describió su experiencia.
Por otra parte, hubo quienes se quedaron un poco insatisfechos por el ambiente.
“Pensé que sería un poco más tenebroso; está muy iluminado y no da mucho el 'feeling' (sensación) de ser aterrador, pero me gustó. Las esculturas están padres”, narró Fernando, otro visitante.
También, hubo quienes dieron malos comentarios respecto a la exposición a través de la página de Facebook del museo, como la usuaria Gery Castro, quien publicó: “Sinceramente deberían considerar modificar sus precios, comparado con otros museos de la ciudad, no vale lo que cuesta, la galería aún no está, de interactivo no tiene nada, el mapping deja mucho que desear, ‘la mijangos’ no es leyenda, sinceramente me decepcionó !! El personal fue muy amable pero lo siento !! (Sic)”.
El Museo de las Ánimas está pensado para jóvenes desde los 15 años hasta adultos de 60, donde el recorrido se realiza en silencio; todos atentos al audio y examinando las piezas escultóricas, así como los grabados y videos.
Mientras que algunos relatos ocasionaban algo de horror, otros provocaban extrañeza, ya que se trataban de leyendas poco conocidas como la de “El gato de Cervantes”, cuya escultura se encuentra fuera del Museo de la Ciudad y fue confeccionada por la misma agencia Ill Cubo Creations.
Talleres.
Relacionado al concepto de terror, el museo anunció su primer curso de diseño y elaboración de personajes a partir de “arte conceptual en 2D, dibujo técnico y transporte de escalas, elaboración de estructura de alambre, técnico de modelado y texturas, técnico de pintura y efectos especiales”, donde podrá aprender a crear y confeccionar toda la clase de esculturas terroríficas.
