Los actores José María de Tavira y Joaquín Cosío protagonizan la puesta en escena “La desobediencia de Marte”, que llegará al Teatro Metropolitano de Querétaro el próximo 13 de octubre.
La obra está inspirada en el encuentro del teórico Johannes Kepler y el empírico Tycho Brahe en el año 1600, quienes a través de un diálogo juegan con dos historias diferentes, ya que se mezclan sutilmente cifras y números, con la vida de los actores, quienes además de compartir ciertas características similares con los astrónomos, también descubren la posibilidad de una relación padre-hijo.
La rivalidad de los personajes surge basada en la teoría de las órbitas de los planetas. Brahe es un fanático observador del universo y cuenta con las mejores tablas de medición que fungen como el elemento necesario y faltante para que Kepler, un hipocondriaco con claras capacidades mentales, continúe sus investigaciones.
“Los personajes han sido descritos a través de diferentes formas en los relatos biográficos y representan un papel importante en la historia de la ciencia […] En vez de ser distintos, jugamos con las similitudes”, detalló José María de Tavira, quien interpreta a Johannes; de procedencia humilde, ortodoxo y un tanto puritano.
Por su parte el actor Joaquín Cosío, quien da vida a Tycho Brahe, un hombre rico, culto, vividor y excéntrico, asegura que quedó fascinado con el guión desde la primera vez que lo leyó. “Está tan bien construido y con tantas posibilidades dramáticas. Ciertamente me permite salir de ese rol de personajes rudos; en el cine he tenido trabajos que han sido muy reconocidos por el público y han sido distintos […] En este caso estamos hablando de una obra teatral con personajes que se alejan de lo que la gente se ha acostumbrado a ver de mí”, declaró.
Asimismo Tavira expresó que desde que le ofrecieron este papel se emocionó muchísimo, ya que se confiesa como un ‘nerd de la ciencia’. “Conocía muy bien la historia de Johannes y Brahe porque es el tercer episodio de una de mis series favoritas”, dijo.
La obra se desarrolló de manera sencilla, sin tantos cambios de escenografía o vestuario, sin embargo, atrae al expectador con diálogos perfectamente tramados y entrelazados con la historia e investigaciones científicas.
“Había que trabajar sobre dos actores que interpretan justo a esos astrónomos y una posible relación filial. Más allá de un solo personaje, es la construcción de situaciones”, detalló Cosío.
Con respecto al proceso de preparación para la obra, los actores aseguraron que requirió un trabajo de cerca de dos meses, en los que experimentaron fallas y aciertos de la mano del director Antonio Castro para consolidar el perfil de cada personaje, con lo que pretenden conquistar al público queretano.
“En lo particular nunca he ido a trabajar a Querétaro, ni en cine ni en televisión; el estado es precioso y estoy ansioso por ir”, dijo Tavira, quien destacó que a pesar de situarse en el año 1600 no se trata de temas complicados ni “elevados”.
“Es curioso porque lo que más nos acompaña en las funciones de principio a fin son las carcajadas del público, ya que Villoro es un autor muy inteligente, muy cercano a la tierra y con un humor increíble, más allá de ser una obra de ciencia, vengan porque se la van a pasar a todo dar”, concluyó con su característico carisma.