Se lee la frase “Hasta que la dignidad se haga costumbre”, misma que acompaña al mural creado por la artista Malu Olguín, que se encuentra ubicado en la entrada del Centro Educativo y Cultural Manuel Gómez Morín, para complementar el proyecto del cortometraje “Marías”, producción de Yosoyoho.
Son tres los murales creados, uno de ellos se ve en la pared que marca el camino de la rampa que de acceso a la puerta principal del Gómez Morín, ahí mismo, en la pared más alta, está la imagen de tres mujeres indígenas: madre, hija y nieta. Y el tercero, que se encuentra junto a la puerta que da al patio principal del centro cultural, muestra dos niños sonriendo como dando la bienvenida a todos los visitantes.
Román Sauza, co fundador de Yosoyoho, invitó a los padres de familia a acercar a los niños a los murales y a conocer el cortometraje “Marías”, con ello se busca sensibilizar a la población para terminar con el bullying.
“Solamente así vamos a modificar esos hábitos de acoso que hemos reproducido durante muchos años, esperamos que estás piezas contribuyan a la sensibilización y concientización de la población sobre la importancia de erradicar nuestros hábitos de acoso escolar, en este caso el que ejercemos a estudiantes indígenas”.
Los murales son una extensión de nuestro proyecto audiovisual “Marías”, cortometraje que está basado en hechos reales, documentado de fuentes periodísticas locales y nacionales que cuentan la historia de vida de hombres y mujeres indígenas, víctimas de bullying, en algún momento de su educación escolar.
Malu Olguín decoró el mural con elementos del campo como las flores y los bordados que tanto caracterizan la vestimenta típica indígena. El mural de las mujeres es muy significativo para la artista.
“Esta imagen en lo personal me parece muy poderosa porque representa diferentes edades de la mujer, que es la abuela, la mamá y la hija, que también están acompañadas de estos elementos que son las flores, para representar la diversificación, y los vestidos que son siempre característicos y no de un modo despectivo”, dijo Malu.
Estela Hernández, hija de Jacinta Francisco Marcial, mujer otomí que fue acusada —junto a otras dos mujeres indígenas— de secuestrar a agentes federales, dijo el día en que se disculpó la Procuraduría General de la República, que la lucha por el respeto a los derechos indígenas debería continuar: “Hasta que la dignidad se haga costumbre”, advirtió.