Eduardo del Río, Rius, nos deja un legado grande, una especie de Biblia de la caricatura mexicana, comentó en entrevista el caricaturista Ángel Boligán.
"Ha sido un año bravo para la caricatura" comenzó por decir Boligán, y recordó que el pasado noviembre falleció Rogelio Naranjo.
"Se fueron dos de los más grandes caricaturistas de la historia en México. Dos grandes amigos, pero estoy seguro de que nos dejan un legado grande, que siempre estarán presentes".
Duro, crudo, honesto, capaz de aceptar cuando se equivocaba, controversial, crítico, lleno de humor, así recordó Boligan a Eduardo del Rio, Rius, quien falleció a los 83 años. Este martes se llevarán a cabo sus exequias en una funeraria de Sullivan.
"Nos deja una especie de Biblia de la caricatura, porque su trabajo fue amplio, de política, religión, vegetarianos. Hay mucho que ver en su obra, mucho que revisar. Nos deja la tarea de cuestionar este mundo que vivimos. La caricatura, esa Biblia suya, volveremos a revisarla cada tanto para ver lo que dijo y cuestionó".
Boligán enfatizó que Rius fue uno de los tres grandes de la caricatura mexicana en la segunda mitad del siglo XX y en lo que va del siglo junto con Rogelio Naranjo y Helio Flores. Sobre su forma de trabajar resaltó que creó un estilo no basado sólo en el texto o la imagen, sino que hacía cómoda la lectura a través de una especie de collage, que incorporaba elementos gráficos dibujos de otros colegas, que sus libros eran hasta cierto punto artesanales, lo que hacía la lectura cómoda y convincente.
Boligán contó que conoció a Rius desde que era casi un niño, en Cuba, donde el mexicano iba a participar en festivales. Al evocar estos años, dijo que Rius fue alguien que supo rectificar en sus ideas puesto que, en el caso de Cuba, aquel primer libro de "Cuba para principiantes" con los años pasó a ser "Lástima de Cuba".
"Es triste que se vaya, es triste que haya muerto Naranjo, pero no se van del todo. Su obra es tan inmensa, que es imposible decir que han muerto".