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Desde hace 10 días, el INAH y la dirección de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural de la Secretaría de Cultura federal están en busca de restauradores y profesionales para atender los mil 612 monumentos artísticos, históricos o arqueológicos dañados por los sismos del 7 y 19 de septiembre. La contingencia ha llevado a estas instituciones culturales a pedir apoyo a través de una convocatoria pública para que especialistas y despachos se sumen a labor de rescate que implicará, además de volver a poner de pie los edificios, recuperar esculturas, retablos, metales, murales y demás piezas destrozadas. ¿Quiénes serán estos expertos encargados de recuperar el patrimonio dañado? ¿Existen los especialistas suficientes para atenderlo?
Restauradores y arquitectos especializados consultados por EL UNIVERSAL coinciden que en México existe experiencia en restauración y se cuenta con profesionales especializados para recuperar el patrimonio dañado; sin embargo, consideran que la situación rebasa a las instituciones encargadas de la protección del patrimonio y algunos advierten sobre los riesgos que podría traer dicha convocatoria pública, pues temen que se abra las puertas a personal o despachos sin experiencia en la restauración.
“Con la creación en los últimos años de escuelas especializadas en restauración de bienes muebles, y las especialidades a nivel maestría en restauración de bienes inmuebles sí debiera haber suficientes profesionistas especializados”, opina la restauradora Norma García, quien colabora en las brigadas que ha formado el INAH para atender los monumentos afectados.
Hay suficientes profesionales para hacerlo con el cuidado que se requiere, no sólo en el INAH o Universidades, sino también agrupados en asociaciones civiles y otros profesionales acreditados, coincide Alejandro Villalobos, arquitecto perito del INAH.
No obstante la capacidad de los profesionales en México, Triana Moreno reconoce que la situación actual será un reto grande, ya que su recuperación tomará mucho tiempo: “Habrá que hacer un esfuerzo estratégico, institucional para ordenar y priorizar la atención de este patrimonio tan vasto”.
Para Villalobos, la convocatoria “es un acto irresponsable que promueve el oportunismo, un acto público de absoluto desconocimiento de la capacidad instalada en sus cuadros profesionales institucionales”. En el mismo INAH, dice, hay profesionales del ramo que se deben tomar en cuenta; en el instituto hay un Sindicato Nacional de Arquitectos Conservadores del Patrimonio Cultural.
Advierte que esta convocatoria podría abrir las puertas a empresas o a personal no profesional y sin experiencia.