El Museo Whitney de Nueva York inauguró una exposición que analiza la relación entre las nociones indígenas de arquitectura y espacio con el arte contemporáneo, que incluye la obra de dos artistas mexicanas que radican en Estados Unidos.
Titulada "Pacha, Llaqta, Wasichay: espacio indígena, arquitectura moderna y arte nuevo", la exposición pone de relieve la práctica de siete artistas latinos en Estados Unidos, en que participan las mexicanas Livia Corona Benjamín y Claudia Peña Salinas.
La exposición, que presenta 80 obras creadas en los últimos cinco años en una variedad de medios, incluye video, escultura, instalación y dibujo. Cada uno de los artistas participantes tiene un espacio dedicado a su obra en el quinto piso del museo.
"Me interesaba que los artistas de la muestra fueran inspirados e influenciados por culturas indígenas precolombinas y por los conceptos que existen en esas culturas sobre la arquitectura y las nociones del espacio", explicó la curadora de la muestra, Marcela Guerrero.
En entrevista con Notimex, Guerrero destacó que al contrario de la arquitectura occidental, en que un edificio es sólo un objeto, en las culturas indígenas precolombinas estas estructuras están vinculadas con la geografía y con nociones más trascendentales que la simple funcionalidad o la estética.
Subrayó que las tradiciones modernistas en América Latina, que son representadas de manera relevante por numerosos arquitectos, como el mexicano Pedro Ramírez Vázquez, han ensombrecido las contribuciones del legado indígena prehispánico en la estética de la región.
Como sugiere el título de la exposición, compuesto por palabras en idioma qechua, la muestra explora además los marcos conceptuales heredados de grupos indígenas que mantienen una vibrante tradición cultural en México y otras naciones latinoamericanas.
Livia Corona Benjamín (Ensenada, 1975) participa con piezas que forman parte de una investigación que inició hace 18 años para documentar el estado de abandono de los silos de granos creados por la hoy extinta dependencia gubernamental conocida como Conasupo.
Las fotografías e imágenes alteradas de los silos, que evocan estructuras piramidales prehispánicas, sirven a Corona como punto de reflexión sobre lo que sucedió con el campo mexicano tras la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
"El silo cónico es una manera de hablar sobre binacionalismo y sobre la manera en que lo que sucede en un país afecta a su vecino, en especial cuando hablamos de Estados Unidos y de México", afirmó Corona.
Añadió que "no se puede hablar de la migración de México a Estados Unidos, la mayor en la historia moderna, sin abordar el TLCAN, y creo que los silos abandonados de la Conasupo sirven visualmente como un punto de partida para entrar a esa conversación", consideró Corona.
Para la artista, la reminiscencia piramidal de los silos y su abandono actual hacen referencia a dos periodos de dependencia de México, el primero ligado al periodo colonial y el segundo a la integración económica al modelo neoliberal, que tuvo un gran impacto en el campo mexicano.
Mientras tanto Claudia Peña Salinas (Montemorelos, 1975), participa en la muestra con fotografías, instalaciones, video y esculturas inspiradas en su investigación sobre la mitología azteca y en específico sobre el monolito gigante del dios Tláloc hallado en Coatlinchán, estado de México.
"Ahora les estamos dando, o al menos las instituciones le están dando, una atención a las estéticas indígenas que no existía antes", aseguró Peña Salinas.
Abierta hasta el 30 de septiembre, "Pacha, Llaqta, Wasichay: espacio indígena, arquitectura moderna y arte nuevo", incluye también a los artistas Guillermo Córdova (Perú); Jorge González (Puerto Rico); Guadalupe Maravilla (El Salvador); Ronny Quevedo (Ecuador); y Clarissa Tossin (Brasil).
akc