¿Cuándo aprendió zapoteco y cuándo español? Eduardo Vicente Jiménez dice que al mismo tiempo. Desde pequeño escuchaba la plática de los grandes, repetía palabras, “y aunque no podía entablar una conversación larga, entendía todo”.

Eduardo Vicente Jiménez, quien ha traducido algunos capítulos del cómic del Hombre Araña al zapoteco, es originario de San Blas Atempa, en el Istmo de Tehuantepec, región en donde se habla una variante del zapoteco.

“Mi mamá sí habla español pero no es la lengua que ella domina. Mi papá también tiene como lengua materna el zapoteco y el español supongo que lo aprendió como yo”, menciona el joven.

Para cumplir con sus estudios, se centró en el español. En el recreo conversaba con otros niños de su misma comunidad. Fuera de la escuela tomó un curso para aprender a escribir zapoteco, pero al entrar a secundaria y preparatoria hizo a un lado su lengua. “Todo era español, español”, dice.

Estudió la licenciatura en Enseñanza de Idiomas en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, en donde lo fuerte de la carrera era el inglés. Pronto se cansó del idioma extranjero y, en una clase para elaborar materiales de enseñanza, comenzó a hacer juegos de mesa y otros objetos de uso didáctico en zapoteco.

“Me cansé y dije: ¿Por qué todo tiene que ser en inglés? Propuse hacer materiales para enseñanza del zapoteco y, entonces, empecé a recordar cómo escribir y estar en mayor contacto con la lengua”, indica.

Ahora, platica, en la Universidad Autónoma Benito Juárez ya tienen en la licenciatura de Enseñanza de Idiomas al zapoteco, como una optativa en su plan de estudios.

En 2015 trabajó en la traducción del Hombre Araña y Mafalda, pero el joven no era fan de las historietas, por lo que trabajo comenzó desde conocer la historia del personaje, sus poderes y los villanos a los que se enfrenta. La traducción al zapoteco tampoco fue sencilla.

“No son traducciones tal cual, a veces son reinvenciones trasladadas a otros contextos que pudieran acercarse a lo natural de la lengua. Ejemplo: ¿Cómo digo ‘sentido arácnido’? Que es uno de los poderes, pues lo interpretamos como ‘don de araña’, así fuimos buscando palabras que se adaptaran a la naturalidad de la lengua sin perder la historia”, explica.

El don de superhéroe que tiene Eduardo es buscar a detalle las palabras en zapoteco para traducir historias universales. “Me ha gustado el resultado que he visto con los niños que conocen la traducción del Hombre Araña y voy a seguir trabajando cómic en zapoteco”.

Ahora, como alumno de la maestría de Estudios Amerindios y Educación Bilingüe de la UAQ, trabaja en la traducción del cómic Tintín y en algunos cuentos de Oscar Wilde, Edgar Allan Poe y una selección de capítulos de la obra Julio Verne.

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