El Centro de Arte Bernardo Quintana inicia actividades con más espacio para sus exposiciones, ahora que la dirección de Difusión Cultural de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) cambió su sede a Campus Aeropuerto, al Centro Cultural Hangar, próximo a inaugurarse.

Tere García Besné, titular de Difusión Cultural,  manifestó que es importante para el Centro de Arte tener más espacio para exposiciones, presentaciones de teatro, danza, música. Asimismo adelantó que el Centro Cultural Hangar está listo; el nuevo espacio universitario cuenta con seis hangares  en donde se ubicará una galería,  teatro experimental, centro  de documentación, laboratorio de arte y nuevos medios, centro  de artes aplicadas y taller de escultura de gran formato, además, en un futuro contarán con un laboratorio de arte y género.

Con más espacio para sus exposiciones, el Centro de Arte Bernardo Quintana inicia actividades de 2017 con cuatro exhibiciones: Comportamiento animal y otras filosofías, escultura de Alejandra Olvera; Ícono y fuego, obra de los alumnos de Mar Marcos; Fausto Gracia presenta su acción-instalación Nada nos quedó, sólo nuestros brazos; mientras que el fotógrafo Adrián RO expone Otra vez yo.

Cerámica fantástica. Comportamiento animal y otras filosofías muestra una serie de esculturas llenas de fantasías. Alejandra Olvera es alumna de Marja Godoy, quien también realizó la curaduría de la exposición.

Las piezas, una a una y en conjunto, conducen al espectador por escenarios oníricos que desdibujan la línea entre el hombre y el animal.

“Ella ilustra con fuego y tierra la alquimia misma de la conciencia, se sirve del oficio de la cerámica para entender el mundo de lo sagrado. A través de la experiencia manual nos cuenta fabulas y mitos de barro como lo hacían los antiguos alfareros”, escribió Marja Godoy en el texto de sala.

Ícono y fuego. Alumnos de Mar Marcos, docente de la Facultad de Bellas Artes  de la Universidad Autónoma de Querétaro,  presentan una serie de piezas hechas con esmalte al fuego sobre metal, una técnica milenaria en la que juegan tres elementos: fuego, metal y vidrio. Los jóvenes artistas realizaron sus piezas siguiendo una investigación exhaustiva sobre el ícono en la historia del arte, desde la Edad Media hasta la actualidad.

“La muestra busca dar sentido e imagen a la figura del ícono contemporáneo, abordado desde distintas perspectivas, desde lo transgresor, lo tecnológico, lo estético y lo sexual”, explicó Mar Marcos.

Nada nos quedó. Durante tres días, ocho horas en cada día, Fausto Gracia fue lijando un trozo de madera, el polvo de esa madera cubrió el piso de la sala y ahí escribió el artista la frase de Eduardo Galeano: “¿Tenemos todo prohibido, salvo cruzarnos de brazos? La pobreza no está escrita en los astros; el subdesarrollo no es el fruto de un oscuro designio de Dios”.

Nada nos quedó, sólo nuestros brazos es una forma de reflexionar sobre el presente y sus transformaciones. La pieza fue realizada por primera vez en Sao Paulo, Brasil, 2016, y la intención de replicarla ahora en México es cuestionar, “poner en entredicho nuestro futuro devastador, nuestra aparente pérdida de sentido común”, expresó el mismo artista.

Otra vez yo. El fotógrafo Adrián RO, después de varios años de haber dejado la foto para dedicarse a la gastronomía, regresa al mundo del arte para exponer una serie que reinterpreta grandes obras de renacentistas, pero muy a su estilo, con máscaras de luchadores y en espacios contemporáneos.

“La incredulidad de Santo Tomás” (Caravaggio); “San Sebastián” (Botticelli) y “La Piedad” (Miguel Ángel), fueron recreadas en espacios cotidianos siendo el mismo Adrián protagonista de sus fotografías. La exposición significa para el artista un renacimiento, de ahí que el nombre de la exposición sea: Otra vez yo.

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