Cuando se creó el mundo, sus habitantes eran enanos y de cuerpos frágiles, después llegaron los gigantes de piedra; la creencia de que los niños no pueden jugar con la tierra de la milpa porque el maíz se convierte en huitlacoche, o que el canto de los grillos es para que la bóveda celeste no se caiga y la luna no se apague, son algunos relatos de la cultura otomí que Eduardo Ruiz creó en pintura y mañana, 21 de febrero, presenta las obras en el Centro de Arte Bernardo Quintana de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), a las 19:00 horas.
La exposición Cosmovisión ñäñho forma parte de las actividades de la cuarta edición del Festival de la Lengua, Arte y Cultura Otomí (FLACO), que se celebra en el marco del Día Internacional de la Lengua Materna.
En Cosmovisión ñäñho, Eduardo exhibe 10 obras de las 20 pinturas que corresponden al proyecto original, un libro cuatrilingüe; otomí, español, inglés y holandés, que incluye los relatos de la cosmovisión otomí de la región de Querétaro, Estado de México e Hidalgo.
Una forma de mirar, sentir y contar el mundo es el nombre del libro que ahora está en proceso de impresión. Y dicha publicación, junto con la obra pictórica, además de su presentación en Querétaro, tiene planes para ir al Museo Nacional de Culturas Populares, Canadá, Barcelona y Holanda.
Seres míticos llenos de color
Los investigadores Ewald Hekking y Roberto Aurelio Núñez, organizador del FLACO, junto a otros colaboradores, se encargaron de recopilar los relatos para que el joven pintor trabajara en la imagen de cada historia.
“El proceso creativo fue algo complejo, porque hay historias que no tienen una imagen en la cual basarse, como la de gigantes o enanos, te dicen que los gigantes son de piedra, pero no sabemos sus características, entonces fue completamente una creación, empecé desde cero a darle rostro a esos seres míticos de la cultura otomí”, platica el artista a EL UNIVERSAL Querétaro.
En la historia de El canto de los grillos, pieza con la cual Eduardo fue retratado para esta publicación, dice que Jwä, el Creador, dio a todo ser en la tierra una función, y la encomienda de los grillos es cantar para que la bóveda celeste no se caiga y la luna no se apague.
La historia de los wemas, los xitas, la condena del zopilote y el origen del maíz, también fueron pintados en esta serie.
Enalteciendo sus raíces
Eduardo Ruiz es egresado de la carrera de Artes Visuales de la UAQ, su familia es originaria de Amealco, donde radica el mayor número de indígenas otomí; en ese municipio creció el pintor y desde niño apreció la riqueza y belleza artística de la cultura.
Sus primeras obras pictóricas nacieron con la idea de rescatar esa belleza indígena, su gente y su labor.
“Toda mi vida tuve convivencia con las zonas indígenas y ya entrando a la universidad empecé a retratar algunos rostros indígenas y de ahí surgió esa inquietud que tenía arraigada desde mi infancia, empecé a hacer retrato indígena. Lo que quiero es sensibilizar a tanto niños como jóvenes de que su cultura no es motivo de burla, al contrario, es motivo de orgullo, espero que al verse reflejado en la pintura les de ese orgullo”, expresa el artista.
Su exposición Ameyalco, que tiene como protagonista a la mujer otomí, no sólo fue presentada en México sino también en España y obtuvo gran éxito, mismo que espera para esta nueva serie sobre la cosmovisión ñäñho, que se exhbirá en el Centro de Arte Bernardo Quintana.
Arte que trasciende fronteras
SOBRE LA OBRA
La exposición estáconformada por 10 piezas sobre la cosmovisión ñäñho.
El proyecto original es un libro.
La publicación incluye pintura y relatos.
Su edición será en otomí, español, inglés y holandés.
Después de Querétaro irá a Canadá y Holanda
SOBRE EL AUTOR
Eduardo Ruiz nació en la Ciudad de México.
Su familia es originaria de Amealco, donde habita el mayor número de indígenas otomí.
El artista es egresado de la UAQ, institución donde estudió Artes Visuales.
Su muestra Ameyalco ya fue presentada en España.
