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Pertenecía a un grupo de acrobacia en motocicleta y la adrenalina de la velocidad lo atrapó por mucho tiempo, también la música; otro de los placeres de Jorge Méndez Rosales era dibujar, pero no continuó en esa actividad hasta ahora que tiene 70 años.
Hace tres meses comenzó a tomar clase de pintura y dibujo en el Centro del Adulto Mayor Nänxu, con el artista Jorge Rodríguez Olvera; su destreza es tan notoria que está animado en perfeccionar su trazo y más adelante montar una exposición.
“Podrían decir: Ya estás viejito para hacer eso. Pero no, nuestro maestro te motiva a hacer muchas cosas que no imaginabas. Al terminar la clase me voy a casa y sigo dibujando, pues como soy viudo, llego y ni modo de no hacer nada, en mis ratos libres me pongo a dibujar, así me ocupo”, platica Méndez Rosales a EL UNIVERSAL Querétaro.
Para vivir tomó el oficio de vendedor, trabajo que también le quitó tiempo para seguir con sus inquietudes artísticas. “Yo dibujaba edificios y planos, me gustaba mucho pero lo dejé porque no ganaba lo que necesitaba para subsistir y como vendedor sí. Y también no había tiempo, yo me dediqué a muchas otras cosas, antes de seguir con el dibujo, me llamó la atención la música, el motociclismo, si yo me hubiera dedicado desde ese entonces a esto de la pintura, a la mejor ahorita sería otra cosa”.
Desde hace 10 años radica en Querétaro y por curiosidad llegó hasta la clase de dibujo, también estudia la carrera de leyes. ¿Cuándo voy a terminar de estudiar?, se pregunta Jorge y responde: “quién sabe, pero no quiero llegar a los 100 años y decir: lo hubiera hecho”.
La voz nunca envejece
Por 30 años se dedicó a la radio, la voz de Olga Romero Gamero era distinción de la XEB, La B grande México, Radio Red y Formato 21. Pero en el 2000 dejó la Ciudad de México para vivir en un lugar más tranquilo, así llegó a Querétaro, y aquí se planteó seguir con su carrera.
“Empecé a buscar, yo pensé que la voz no envejece, imaginé que toda la vida podía trabajar en radio y ¡oh sorpresa! No me dieron trabajo. Padecí bastante, hubo un momento en que yo quería regresar a la Ciudad de México por la falta de trabajo, y tuve que ingresar a otras ramas, como bienes raíces, para poder sobrevivir”, platica Olga.
Pero el trabajo, que tanto le preocupaba mantener, fue un obstáculo para disfrutar de sus gustos personales. Desde hace un año toma clase de pintura y dibujo en Nänxu, es del grupo de los avanzados, y con orgullo muestra sus obras, la más reciente es un cuadro impresionista al estilo de Van Gogh.
“Cuando fui activa nunca pude pintar y ahora que ya no trabajo quiero utilizar mi tiempo para eso, en esta edad he podido realizarme, expresar mucho de lo que no pude cuando estuve joven. La pintura me está dando algo más qué conocer e ignorar un poquito menos, como decía Sor Juana Inés de la Cruz”.
A sus 67 años, Olga dice que la edad es sólo una cuestión numérica, que no hay límites para seguir aprendiendo, además de pintura estudia computación y alemán.
“Mucha gente se encierra en su casita y dice: No, yo ya no me animo. La juventud se acaba en el momento en que ya no te puedes mover, pero hay que hacerle la lucha hasta el último momento”, dice sonriente.
Nunca había dibujado
“Vengo a pintura, porque lo necesito”, expresa la maestra de yoga Ma. Socorro Luján Gama, quien llegó a la clase sin saber dibujar. “Yo jamás en mi vida había hecho ni siquiera un perrito, no sabía absolutamente nada, pero es un reto y aquí estoy, retándome a mí misma”.
Además de yoga, también es experta en homeopatía, y eligió dibujo y pintura como una actividad para relajarse, disfrutar y aprender.
“Uno en la vida necesita tener una actividad, porque de lo contrario se va deteriorando y si uno no tiene una expectativa de vida no vale la pena seguir viviendo. Yo voy a cumplir 70 años y todavía soy una mujer activa, soy útil a mí misma y a la sociedad. La pintura me ha enseñado a ver, así como nos dice nuestro maestro, y yo soy muy observadora”, asegura Socorro.
Clase de humildad
Son 20 adultos mayores los que toman el taller de dibujo y pintura, en su mayoría mujeres, en el Centro Nänxu, espacio del DIF Municipal. La clase se abre cada seis meses y se divide en principiantes, intermedios y avanzados.
Desde hace poco más de un año, Jorge Rodríguez Olvera imparte la clase, y aunque ya estaba acostumbrado a dar cátedra a alumnos de preescolar, primaria, segundaria y universidad, fue la primera vez que compartía sus conocimientos con personas de la tercera edad.
“Hay gente de 60 años que no habían tomado un lápiz con fines artísticos, entonces los primeros sorprendidos son ellos, porque al principio llegan y dicen: Pero yo no sé nada. Empezamos a hacer una serie de ejercicios y después les encargo el primer dibujo y poco a poco ven los resultados”, afirma el maestro.
Con respeto, pero también con la exigencia que merece el dibujo y la pintura, comenzó a dar este taller que describe como una clase de humildad, en donde el joven artista comparte todo su saber, pero también él aprende de sus alumnos, aprende de sus historias, tenacidad y sus inagotables deseos de vivir.
“Yo a ellos les digo que es clase de dibujo pero en realidad es clase de humildad, yo he aprendido con ellos que el tiempo no existe y tienen tantas ganas de seguir aprendiendo que la edad no es impedimento”.
En los adultos mayores, dibujar y pintar, explica el experto, sirve para generar un pensamiento estructurado, ayuda a memorizar y mantenerse activo, tanto física como mentalmente. La parte espiritual y emocional también se trabaja porque los relaja, se sienten liberados al dejar de pensar en los problemas del día, para pensar en problemas que se concretan en el papel o el lienzo.
En el grupo también se crea una convivencia amable que les sirve para hacer amistad, se comparten consejos y se animan unos a otros a seguir pintando.
Pintar en la tercera edad...
- Beneficia física y emocionalmente
- Ejercita la motricidad fina
- Incentiva a la memoria
- Desarrolla el pensamiento estructurado
- Tranquiliza y provoca satisfacción al observar los resultados
Sobre el taller en Nänxu
- Son 20 alumnos, en su mayoría mujeres
- La clase es de dos horas, dos veces a la semana
- Cada seis meses se abre un grupo nuevo
- Hay nivel de principiante, intermedio y avanzado
- Comienza con dibujo y después pintura
Del joven maestro
- Jorge Rodríguez es un artista egresado de la UAQ
- Imparte clases a todo tipo de personas desde preescolar
- Trabaja desde gráfica, pintura, dibujo, cartonería y cerámica
- Es cofundador de Eólica Editorial