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Luces, magia y muchas sonrisas son las que se pueden admirar todas las noches en uno de los proyectos de la Secretaría de Turismo del estado, con motivo de promoción de la ciudad de Querétaro como destino turístico.
El lugar ideal para este espectáculo es el templo de Santa Rosa de Viterbo, con una espectacular arquitectura barroca del siglo XVIII, que cuenta con 200 años de historia.
Según el día, cambia el horario de la proyección, que llama la atención de chicos y grandes, tanto queretanos como turistas, que se congregan en la Plaza Mariano de las Casas.
Minutos antes del espectáculo, los curiosos comienzan a conglomerarse y los niños lucen emocionados por ser espectadores de lo que va a suceder; algunos corren alrededor de las fuentes danzarinas, mientras otros se sientan a esperar ansiosos.
En el templo se observan pequeñas luces de prueba, ya que es necesario cuidar hasta el último detalle para que en el momento oficial, todo salga a la perfección.
El reloj marcó las ocho de la noche y la Plaza se oscureció por completo, los gritos de júbilo además de aplausos se escucharon de inmediato.
Pequeños conejos saltarines vagaban en la pared, regalos navideños se abrían y se cerraban mostrando distintas sorpresas al público como mascotas, soldaditos, entre otros juguetes caricaturescos.
Una enorme frase iluminó la noche, “Felices fiestas” se podía leer en un tono blanco y brillante. Enseguida brotaron platillos alusivos a una cena navideña; un gran pavo, romeritos y postres que se proyectaron connotando el esperado festejo de este 24 de diciembre.
Cada animación era acompañada de música, que se combinaba a la perfección con el ritmo de las proyecciones. La estructura del templo sirvió como base para recrear su forma con una simulación de serie navideña con cientos de luces de colores.
Por supuesto no podían faltar las flores de nochebuena, elemento característico de la época decembrina en nuestro país, y también aparecieron las tradicionales muñecas otomíes.
Durante seis minutos, los asistentes se divirtieron con una serie de juegos visuales, que iban desde figuras alusivas a la temporada, hasta la creación de personajes curiosos que festejaban las fiestas.