En el lugar donde Maximiliano de Habsburgo pasó sus últimas horas de vida, su sobrino tataranieto platicó una anécdota familiar que no está en los libros de historia y que sirve para engrandecer más el mito de la pareja imperial, pero Carlos de Habsburgo-Lorena también habló con rudeza de publicaciones como Noticias del Imperio; y aseguró que Benito Juárez mandó fusilar al emperador por orden de Estados Unidos.
Hay más de mil libros sobre el Triunfo de la República y la caída del Segundo Imperio, comentó el archiduque Carlos, y entre tantos títulos Noticias del Imperio, obra célebre de Fernando del Paso, no es de su agrado.
“Son tres años que Maximiliano gobernó México pero hay más de mil libros, ¿qué quiere decir?, quiere decir que hay más de mil ideas, opiniones, y que ninguno es la biblia. Yo tengo mi propia interpretación de lo que es la historia y ¿acaso mi interpretación es la correcta?, no necesariamente, concretamente con Noticias del imperio, yo creo que es un libro que es una burla, creo que no se vale escribir una novela de este tipo, en donde en realidad a través de unos pocos capítulos echamos tierra a gente que realmente dio su vida por un ideal y que esa tierra es fértil dentro de la mente cochambrosa del lector, yo creo que es una perdida leer ese tipo de novelas”, expresó.
Y recomendó los títulos: Mis memorias, sobre Querétaro y Maximiliano de Félix de Salm Salm, testigo de lo que ocurrió en el año 1867, y Miramón, El Hombre, de José Fuentes Mares.
Invitado a la inauguración de la cuarta temporada de Yo Maximiliano, el archiduque Carlos Habsburgo ofreció la conferencia “Maximiliano, Emperador de México” en el Museo de la Restauración de la República, antiguo convento de Capuchinas donde el emperador Maximiliano estuvo prisionero y de ahí partió al Cerro de las Campanas donde lo fusilaron el 19 de junio de 1867.
La condena fue por haber cometido delitos contra la independencia y seguridad de la nación, pero “Juárez tenía las instrucciones precisas por parte del gobierno americano de fusilarlo (…). Le dicen a Juárez que por ninguna circunstancia deje salir al emperador vivo”, detalló.
A 150 años del Triunfo de la República y la caída del Segundo Imperio, Carlos de Habsburgo, quien nació en México, destacó el amor que le profesaron Carlota y Maximiliano a este país, y amor es lo que más existió en la pareja imperial, ese amor que llevó a la locura a la emperatriz.
Con la caída del imperio Astro-Húngaro, los Habsburgo se exiliaron en Suiza y luego en España. La emperatriz Zita de Borbón-Parma, abuela de Carlos de Habsburgo, radicando en el norte del país español, tenía la costumbre de viajar a visitar a sus parientes.
“Y en el verano de 1926 llegaron a Bélgica y entonces mi abuela pidió una audiencia con la emperatriz Carlota, quien los invitó a comer en el Castillo de Tervuren, en aquella época mi padre tenía 10 años de edad, mi abuela tenía ocho hijos y llegaron todos a Tervuren, platicaron con Carlota que aunque era una señora muy mayor, tenía muy buena conversación; cuando pasan a comer llegan a una mesa grande y muy bonita, a la cabeza estaba Carlota, a la derecha la emperatriz Zita, a la izquierda mi tío Otto, el jefe de la familia, y así todo el protocolo, pero al final de la mesa había un plato vacío y se sirve la sopa, y mi papá piensa: Alguien no llegó a comer. Luego sirven el plato fuerte y ese invitado no llegó a comer, llega el postre y el invitado no llegó. Al final mi papá pregunta: Tía Carlota: ¿Quién no vino a comer? Y responde: Tu tío Max, que dijo que vendría a comer”, le platicó su padre al archiduque Carlos de Habsburgo.
Fernando Maximiliano José de Habsburgo, es descrito por su sobrino tataranieto, como un hombre excepcional que amaba la naturaleza, la literatura, cuya prioridad era la justicia e igualdad y que amó tanto a este país que en sus últimas palabras dijo: ¡Viva México!