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Pobladores de Yahuelica, Hidalgo, recrearon para los visitantes al Museo Nacional de Antropología su ritual dedicado al Día de Muertos y lo mostraron con danzas, cantos, rezos, velas, adornos florales y platillos tradicionales a base de pan, adobo de pollo y tamales.
Dicha comunidad dispuso su altar de Día de Muertos en el patio del citado museo, donde se instaló una casa tradicional de la huasteca con un altar al centro el cual se adornó con un arco de flores de cempasúchil, mano de león y palmillas, además de naranjas, mandarinas, plátanos y pan con figuras antropomorfas que dan la bienvenida a los difuntos. A los lados de la ofrenda se observa la vestimenta y objetos preferidos de los fallecidos.
En el altar se colocaron comidas como adobo de pollo y puerco, tamales, el pascali (platillo hecho a base de semillas de ajonjolí y frijoles), chocolate y tequila, así como dulces, frutas cristalizadas y juguetes para los niños muertos. También está presente el agua "porque consideran que los difuntos llegan sedientos tras su largo viaje".
Más de medio centenar de habitantes de Yahualica mostraron su festividad que incluyó las danzas Cuauhuehuentini. Antonio Saborit, director del MNA, dio la bienvenida a los habitantes de la comunidad, representados por Eustorgio Hernández Morales, presidente municipal de Yahualica, Hidalgo, y José Olaf Hernández Sánchez, secretario de cultura del estado de Hidalgo, además del maestro Arturo Gómez Martínez, subdirector de Etnografía del museo.
El edil de Yahualica presentó la ofrenda y posteriormente un grupo de danzantes interpretó los géneros cuanegros, huehues, colis y matlachines. La ceremonia de apertura concluyó con una comida en la que se compartieron los tamales tradicionales de la Huasteca hidalguense.
Gómez Martínez relató que Yahualica, comunidad indígena de habla náhuatl, conmemora a sus muertos con mucha antelación. "La celebración comienza desde el 18 de julio y 29 de septiembre, fechas en que se hacen invitaciones formales mediante una ofrenda de tamales, café, pan, velas y copal que se disponen en los altares domésticos, mientras que las personas mayores de cada familia rezan y "hablan" con sus difuntos para invitarlos a casa, asimismo, les piden que intercedan por las milpas para que haya los alimentos suficientes".
El 30 de octubre en la noche empieza la fiesta con la elaboración de arcos decorados y la colocación de los altares, donde hay imágenes de santos y las fotografías de los difuntos, agregó Gómez.
Al mediodía del 31 de octubre llegan los difuntos infantes, conocidos como pilconetzitzih, y se les recibe en el camino a casa con veredas hechas con pétalos, agua bendita y humo de copal, acto que recibe el nombre de tlanamiquilistli, señaló.
El 1 de noviembre, reciben a los difuntos adultos o huehueyih, a quienes al igual que el día anterior se les da la bienvenida desde el camino, indicándoles la ruta mediante un surco de pétalos. La ofrenda principal de ese día se compone de mole, tamales, pan, chocolate, refrescos, cervezas, aguardiente, tabaco, dulces tradicionales y otros comestibles que los seres queridos disfrutaban en vida. "Se les atiende como si estuvieran vivos, como si fueran sus invitados", anotó el investigador.
El 2 de noviembre —prosiguió—, los pobladores visitan los panteones y ahí colocan ofrendas de comida y bebidas; se hacen rezos, se toca música ceremonial y los danzantes bailan los géneros cuanegros, huehues, colis y matlachines sobre las tumbas.
La celebración termina hasta finales de noviembre. La familia vuelve al panteón nueve días después del Día de Muertos para despedirlos, realizan otra fiesta con danzas, ofrendas en las tumbas y adornos florales; posteriormente, el 30 de noviembre, día de San Andrés, se hace una pequeña ofrenda en las casas, con tamales, panes, adobo y chocolate, y nuevamente regresan al panteón para culminar la fiesta de los muertos en Yahualica, Hidalgo.
Este altar de los pobladores de Yahuelica, Hidalgo, permanecerá hasta el 4 de noviembre en el patio del Museo Nacional de Antropología, de 9:00 a 19:00 horas. Entrada gratuita para niños menores de 13 años de edad, adultos mayores y profesores con credencial. Abierto de martes a domingo, entrada 70 pesos; los domingos el acceso es libre para público nacional, informa en un comunicado el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).