La complejidad morfológica y territorial del país, además del legado cultural e histórico retomado por la arquitectura quedan de manifiesto en el pabellón de México en la 16 Bienal de Arquitectura de Venecia, inaugurado hoy de manera oficial.
La propuesta mexicana responde al tema “Freespace” (espacio libre) escogido este año por la Dirección Artística de la Bienal, a cargo de las arquitectas irlandesas Ivonne Farrell y Shelly McNamara.
“Para nosotros era muy importante atender el tema curatorial planteado por la dirección artística. Donde encontramos todo este potencial para la generosidad y la arquitectura de calidad es en nuestro territorio, sumamente vasto, lleno de contrastes, de vulnerabilidade y de riquezas”, dijo a Notimex la curadora, Gabriela Etchegaray.
Titulado “Echoes of a Land” (Ecos de una Tierra), el pabellón muestra como un territorio contrastante al espacio geográfico e imaginario en el cual la arquitectura mexicana contemporánea se desarrolla.
Ubicado en la Sala de Armas del Arsenal de Venecia (un edificio monumental de siete mil 150 metros cuadrados distribuidos en dos niveles), el pabellón mexicano cuenta con 250 metros cuadrados y una ubicación estratégica en uno de las dos principales sedes de la Bienal (la otra son los Jardínes).
La instalación mexicana está integrada por una maqueta central, que reproduce el eje neovolcánico del centro del país y que como explicó Etchegaray es un homenaje a Alexander Von Humboldt, el geógrafo y humanista alemán quien en 1803 llegó a la Nueva España, el actual México y atravesó su territorio del Océano Pacífico al Golfo.
Al igual que la maqueta central, los páneles laterales que reproducen los proyectos de los 21 seleccionados están realizados con mármol gris e incluyen videos que dan cuenta de los entornos en los que se desarrollan, explicó Lidia Camacho, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y quien inauguró el pabellón al lado del embajador mexicano en Italia, Juan José Guerra Abud.
Hay además unos nichos de colores y unos páneles que reproducen la orografía de México (que dan la bienvenida a los visitanes en cada extremo), además de una iluminación que, según Camacho, está perfectamente calculada para caminar como si fuera la luz solar.
“México significa color en términos generales y hay un contraste muy estético entre la sobriedad del mármol y los páneles iluminados. A esto se añaden los audios que acompañan a las propuestas y que son paisajes sonoros que dan cuenta de los diferentes lugares de donde provienen estos ejemplos arquitectónicos”, dijo la directora del INBA.
La idea, añadió, es que el público no vea a la arquitectura de manera aislada, lo que encajada de manera natural con el concepto de “Freespace” propuesto por la Dirección Artística de la Bienal de Arquitectura.
La Selección Oficial es producto de una convocatoria abierta, publicada en agosto de 2017 y en la que se ingresaron 213 proyectos de 15 estados de la República Mexicana, de donde resultaron 21 seleccionados.
Se trata de los despachos Oscar Hagerman + CANO VERA; Alejandro Guerrero, Andrea soto | ATELIER ARS; Comunal: Taller de Arquitectura + Onnis Luque; Isaac Broid + PRODUCTORA; Taller Héctor Barroso; Juan Carral Arquitectura; Carlos González Lobo + María Eugenia Hurtado, entre otros.
La Biennale di Venezia fue fundada en 1895 como una exposición internacional de arte y desde 1980 incluye la sección dedicada a la arquitectura, que se realiza cada dos años, alternándose con la Bienal de Arte.
Ambas constan desde 1998 con tres pilares principales: exposiciones de los pabellones nacionales; la exposición central internacional organizada por el curador de la Bienal y eventos colaterales en la Ciudad de Venecia.
En la 16 edición de la Bienal de Arquitectura participan alrededor de 63 países. Uno de ellos será premiado con el León de Oro el mejor Pabellón Nacional, entre otros galardones.
La exposición será abierta al público el próximo sábado 26 de mayo y este año se caracteriza por el minimalismo sobrio y geométrico del que Farrell y McNama son ilustres testimonios.
La voluntad es la de crear una experiencia colectiva capaz de reinventar los espacios para hacerlos más acogedores y vivibles. “Debemos cuidar a la cultura como se cuida un jardín”, dijeron las dos curadoras muy sonrientes ante la prensa.