A más de 40 años de la llegada de los primeros exiliados chilenos a México, el país sudamericano recuperará una parte de su historia perdida. Ayer, en un acto protocolario, autoridades diplomáticas de ambos países dieron a conocer el “Acervo Documental del Exilio Chileno en México” que será trasladado al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos en Chile antes de octubre.
Ese acervo incluye archivos documentales y personales, una biblioteca especializada, boletines informativos y testimonios de los refugiados en México, materiales que en su mayoría fueron reunidos por la “Casa de Chile en México”, dependencia que funcionó entre septiembre de 1974 hasta 1993 y que acogió a exiliados en la Ciudad de México. Cuando cerró en 1993, la institución donó su biblioteca con tres mil volúmenes y su acervo documental a la UAM-Xochimilco, donde permanecieron hasta ahora. “Una parte muy completa de lo que se va son los testimonios de gente que recién salía del campo de concentración y que llegaba a Casa de Chile porque entonces no había embajada ni consulado, México rompió relaciones con Chile. Nosotros tomábamos testimonio de todos los que llegaban”, dijo Sonia Daza, la última encargada de esa institución, al finalizar el evento realizado en la Secretaría de Relaciones Exteriores.
En esa colección que será trasladada al museo ubicado en la capital chilena también hay archivos personales de exiliados, como el del diseñador industrial e investigador de la UAM Azcapotzalco Fernando Shultz, quien después de seis meses en un campo de concentración viajó a Inglaterra, luego a México, donde se asentó desde 1976. Su acervo, dijo, está conformado por unos 700 textos, entre revistas, folletos y libros sobre el exilio y de proyectos tecnológicos e industriales en los que él participó y que quedaron truncos con la llegada de Augusto Pinochet al poder. Uno de ellos, destacó, consistía en una sala cibernética que fue pionera en su tipo y que en los últimos años ha sido rescatada como parte de proyectos históricos que dan cuenta sobre el desarrollo tecnológico en el mundo.
En el evento, el embajador Juan Pablo Lira, director de la Agencia Chilena de Cooperación Internacional para el Desarrollo, dijo que con el traslado del acervo a Chile, su país recuperará una parte de su historia perdida, una porción de su identidad: “Volver a Chile con un fragmento de su historia representa algo más que un honor personal, significa ser portador de parte de la memoria perdida, del dolor viajero, implica recuperar trayectos, relatos de una historia que está dispersa...”, expresó.
El embajador de Chile en México, Ricardo Núñez, señaló que en ese acervo también se incluyen 51 entrevistas realizadas a chilenos en México y sostuvo que con este proyecto de cooperación también se busca estimular a los chilenos de todo el mundo a rehacer la historia de la diáspora chilena, un aspecto poco conocido en ese país de Sudamérica.
En el acto estuvo presente Agustín García-López Loaeza, director de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo y otras autoridades diplomáticas.