Aunque nunca ha estado pendiente de recibir premios o distinciones, el dramaturgo mexicano Hugo Hiriart sostuvo que no se pondrá rejego ni dirá que no quiere nada cuando este miércoles se le entregue la Medalla Bellas Artes por su prolífica trayectoria.
En declaraciones al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) refirió que la que es considerada la máxima distinción en el ámbito de la cultura en el país “se valora por quien la da pero, más que nada, por quienes la han recibido.
“(Yo) no he pensado en recibir premios ni medallas. Bastante tengo con vivir y escribir en un país como México, donde se ve a jóvenes sanos y fuertes vendiendo chicles en la calle: eso que hace que me quiera morir”, aseveró.
Añadió, “hoy yo les diría a los jóvenes que resistan, aunque estén malas las cosas, que resistan y avancen, que no se dejen vencer por la adversidad”, agregando en tono desenfadado, “a mí lo que me gusta es hacer nada y luego leer, y luego dar clases y en modesto cuarto lugar, escribir algo”.
Recordó que gracias al éxito que tuvo su obra teatral Intimidad en el Festival Cervantino y en el Teatro El Granero, se vieron obligados a dar dos funciones diarias.
En cuanto a su percepción de la cultura en México, Hugo Hiriart dijo no tener autoridad al respecto, porque “hay casos que constituyen gran parte de la cultura que no me gustan, por ejemplo, el rock, los tatuajes. Esas son cosas que a veces me hacen sentir un fantasma viviendo en tiempo ajeno”.
Detalló, “ya no leo mucho novela y he dejado pocas en el librero. La mayoría de los escritores hoy hacen novelas o poemas que nadie lee. En ese sentido, es extraordinario que aun así surjan grandes poetas y dramaturgos, y se conozcan”.
Referente a las novelas en las que trabaja actualmente, Hugo Hiriart comentó que una de ellas aborda el tema de su pasado con base en la vida de su abuelo, quien participó en la Revolución mexicana y llegó a Mayor del ejército.
Mientras que la otra novela en la que trabaja simultáneamente, es de género policiaco “con un planteamiento tan bueno que luego no puedo descubrir quién fue el que cometió el crimen. Eso les ha pasado a varios escritores, se meten tanto, que después sucede eso”.
También habló de su inquietud por hacer un libro sobre la juventud de Santa Teresa, un personaje “que me parece extraordinario”, así como una cronología de su propia vida.