“Yo no me llamo María, me llamo Valentina”, dice la protagonista del cortometraje producido por Yosoyoho, proyecto que busca hacer visible la problemática del bullying en comunidades indígenas. El corto a estrenarse el próximo 29 de septiembre, lleva por nombre Marías, término que  identifica de forma despectiva y general, sin reconocer su origen, a las mujeres indígenas.

La historia de Valentina se basa en acontecimientos reales que han vivido mujeres, por el hecho de ser indígenas y pobres. En Marías interpretan a Valentina, en distintas etapas, las niñas María Martha y Elena Francisco Ventura, de Amealco, y Delfina López Luna, de San Pedro Tolimán.

“Logré construir la historia a partir del análisis de diferentes notas periodísticas locales e internacionales, y empiezo a ver que el bullying a estudiantes indígenas —a pesar de que hay casos registrados— se ha vuelto invisible, rastreé esos casos y me di cuenta que la mayoría de los estudiantes que sufren  bullying son mujeres, porque son mujeres, son indígenas y son pobres, entonces empiezo a construir una historia a partir de varias historias entre cruzadas”, platica a EL UNIVERSAL Querétaro Román Sauza, fundador de Yosoyoho.

Otomí es el origen que le dieron a Valentina, pero la historia es común en mujeres de otras culturas, y “el corto narra los diferentes momentos en que, dentro de la educación básica, ha sido ‘buleada’ una mujer indígena, en el kínder por portar su vestimenta tradicional, esto es un hecho real; cuando va en el camión, en la primaria por hablar la lengua, en la secundaria por sentirse orgullosa de sus raíces; es eso, contar la historia de una mujer otomí, sobre sus vivencias de bullying en distintos momentos de su educación básica”, detalla el antropólogo Sauza.

Utilizaron el nombre de Valentina, ajeno a la comunidad indígena, porque tiene como significado: valentía. “Queremos transmitirles a las mujeres indígenas que Valentina significa ser valiente y por todo esto que han sufrido queremos que tengan una postura de valentía, como hasta ahora”, agrega.

Margarita Sánchez, Melissa H. Granados y Yolanda Alonso, egresadas de la Universidad Autónoma de Querétaro, son las productoras y directoras de Marías. La grabación del cortometraje se realizó en Yospi, Amealco, con niños que se sintieron identificados con el acoso escolar, porque ellos mismos han sido víctimas.

“De bullying a los indígenas nadie había volteado a ver o no les pasó por la cabecita, porque están tan acostumbrados a la palabra discriminación a los indígenas, que no se ponen a pensar cómo viven los niños en las escuelas y no solamente son discriminados por sus raíces, su lengua, sino por su vestimenta; nos tocó relacionarnos con niños de Amealco y ahí mismo nos tocó ver cómo vivían el bullying y nos decían que para ellos es normal, al escuchar la historia, tanto padres y niños, se sintieron identificados, de hecho a los que les tocó en el corto ser buleadores dijeron: Es que a mí me hicieron eso”, cuenta Yolanda Alonso.

Yosoyoho comenzó su labor de visibilizar la lengua y cultura otomí, a través de la muñeca Xahni, que habla en español–hñöhñö, pero en un principio contemplaban crear un observatorio de discriminación en comunidades indígenas, sobre todo en casos de servicios de salud, y que la misma muñeca Xahni contara esas historias; finalmente el proyecto derivó en el cortometraje Marías.

El 1 de septiembre, a través de las redes de Yosoyoho, comenzarán a promover una campaña de crowdfunding, que les servirá para seguir recaudando fondos para sus proyectos, uno de ellos es la elaboración de dos murales en el Centro Educativo y Cultural Manuel Gómez Morín, a cargo de la artista visual Malú Olguín, que se inaugurarán el 28 de septiembre. Por su parte, la presentación oficial de Marías será el 29 de septiembre, a las 19:00 horas, en el CEART de Santa Rosa de Viterbo.

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