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Un cocodrilo hecho jarra, una muñeca otomí que regresa a sus orígenes de juguete tradicional, azulejos de barro negro y una serie de lámparas inspiradas en niños de Japón, se exhiben en el salón Metro Cubico de Galería Libertad como parte de la retrospectiva de Arroz con leche mamá, marca queretana creada por la diseñadora industrial Lina Fuensanta.
Arroz con leche mamá nació hace siete años con el objetivo de crear piezas de diseño industrial para la iniciativa privada, pero también conformando lazos de trabajo con artesanos mexicanos. De esta manera se crean piezas funcionales y divertidas con un diseño único.
“Lo que me gusta es trabajar con artesanos, yo los busco, por ejemplo fui a Amealco, luego a Colón donde hice cosas de lana, también fui a Oaxaca donde hice cosas de barro. Estoy muy orgullosa de las artesanías que tenemos en México, pero creo que sí es importante empoderar al artesano”, platicó Lina.
En 2016 recibió una beca de la Agencia de Cooperación Internacional Japonesa JICA y CONACYT para aprender técnicas artesanales japonesas y desarrollar un proyecto con artesanos nipones, por lo que las piezas creadas en Japón forman parte de la retrospectiva de Arroz con leche mamá.
“Durante ocho meses desarrollé un proyecto para trabajar con artesanos japoneses y creamos tres piezas, toda la colección es para niños de entre 8 a 10 años, inspirada en ellos; en Japón los niños van solos a la escuela desde los cinco años, y lo que quería era comunicar y trasmitir de alguna manera las tradiciones japonesas a los niños”, explicó la creadora.
Sus piezas se definen en dos palabras: utilidad y juego. De ahí han nacido creaciones como la taza avión o la jarra cocodrilo. Restaurantes y hoteles han pedido creaciones exclusivas para su establecimiento, como el hotel Kuku Rukú y el restaurante Toko Kong en la capital queretana y sus piezas han sido seleccionadas en bienales de cerámica.
También ha creado obras inspiradas en los indios Hopi de Arizona y una de sus creaciones más significativas es la Muñeca Mädi, muñeca otomí que regresó a su esencia de juguete, esta pieza la trabajó junto con artesanas de Santiago Mezquititlán de Amealco.
Ahora Lina se concentra en tener su taller y pretende hacer una campaña de fondeo para comprar su propio horno, pues su plan es seguir desarrollando más proyectos colaborativos con artesanos mexicanos de los que la artista se siente más que orgullosa.