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Marionetas de madera que cantaron en alemán encantaron a los niños el mediodía del viernes en el Teatro Juárez. Se trató de la puesta en escena Hansel y Gretel, que el Teatro de Marionetas de Salzburgo, de Austria, presentó el último fin de semana del Festival Internacional Cervantino y que volverá el sábado 27 de octubre a las 17:00 y 21:00 horas.
Los movimientos de los personajes hacían parecer que las marionetas cobraban vida con el realismo de sus expresiones corporales y la coordinación con los diálogos. La obra cuenta la conocida historia de Hansel y Gretel, que al perderse en el bosque se encuentran una casa de dulce y que son raptados por una bruja que se los quiere comer.
El escenario giratorio ayuda a que la escenografía cambie con rapidez. Recrea la casa de los hermanos protagonistas, un bosque y la casa de la bruja. La escenografía, al igual que la dirección, está a cargo de Hinrich Horstkotte.
Nueve titiriteros son los encargados de dar vida a través de cada hilo a las marionetas de madera, que protagonizan esta historia clásica narrada en tres actos, con música del ensamble Inboccallupo y las voces de la mezzosoprano Kristina Naudé, como Hansel; y Annette Dasch, como Gretel.
Las escenas que más emocionaron a los niños y adultos fueron tres: cuando hizo su primera aparición la Bruja de Jengibre; luego cuando baila, canta y celebra que se comerá a los niños (mientras vuela en su escoba y la acompañan otras en la coreografía); y al final, cuando Hansel y Gretel acaban con ella y se salvan. El idioma no fue impedimento para que esta historia infantil fuera contada con marionetas y encantara al público del Teatro Juárez.
Hace dos años, el oficio de titiritero recibió la distinción de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por parte de la Unesco. El Teatro de Marionetas de Salzburgo, fundado hace 105 años en Austria, es una de las últimas compañías que mantienen este tipo de espectáculos, centrado en marionetas, oficio que intentan trasmitir a las generaciones más jóvenes.
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