Es difícil decir que exista una mejora en la calidad de vida, pese a la disminución en los índices de pobreza, porque hay condiciones sociales que todavía no podemos medir. Si nosotros observamos de manera general los índices de estos resultados del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), todavía no significan una mejoría en la calidad de vida. Podríamos pensar que alentadoramente estos resultados, pueden iniciar un camino con una tendencia a la baja pero, ¿Cómo sabemos que hay una mejora en la calidad de vida o que la pobreza está bajándose o reduciéndose?
Esto lo podemos ver después de varios periodos y a través de diferentes variables. Que la seguridad aumente, no necesariamente nos está diciendo que la calidad de vida se eleve, porque ésta aumenta y también sustancialmente, con base al trabajo y al nivel de vida.
En este sentido, tendríamos que ver más factores y no solamente la seguridad. Estos podrían ser el empleo, los índices de salarios y otros que nos indicaran que existe menos violencia, etcétera. Es decir, factores que nos den resultados un poco más amplios en cuanto a mayor equilibrio y estabilidad en el nivel de vida y en ese sentido, si podríamos decir que la calidad aumenta.
El nivel de seguridad o los índices de delitos no creo que nos indiquen un aumento en la calidad de vida. Querétaro tiene algunos factores elementales como el crecimiento poblacional y tiene empleo, o uno de los índices más bajos de desempleo y en ese sentido, esto lo favorece. Si decimos también que éste es un estado tranquilo o un estado con poca violencia también se ve favorecido. Entonces, con base en esto, no estamos hablando de una entidad tan desordenada y con una calidad de vida tan baja.
Sin embargo, creo que aunque a nivel urbano Querétaro no mantiene una calidad de vida baja, tampoco ha podido lograr tampoco un desarrollo equitativo para su población y si vemos esta condición, en especial en las zonas rurales donde no hay un crecimiento tan equilibrado ni tan desarrollado como otras zonas urbanas, entonces ahí si hay un poco de desbalance en cuanto a lo que se refiere a la calidad de vida.
En el estado hay un crecimiento desigual, no es parejo y no está equilibrando el crecimiento y está dependiendo mucho del desarrollo industrial. No es precisamente la ciudad la que crece o la única que crece, pero en realidad no ha logrado absorber el crecimiento todo el estado. Yo creo que hay que analizar otros elementos para ver el aumento en la calidad de vida.
Desde las autoridades, las inversiones tienen que destinarse a áreas no nada más industriales y también generar elementos productivos de trabajo tanto en zonas rurales como urbanas. Además se deben asociar elementos de participación social, de tal modo que pudiera establecerse una relación con mayor cercanía, mayor interrelación y tal vez de vinculación con salarios más altos.
Es darle, en ese sentido, más seguridad a la población, pero no en procesos de vigilancia y protección, sino a partir de procesos que dependen del trabajo para dar mayor bienestar y creación de bienes. Eso le daría más calidad de vida al estado y generaría una relación o vinculación entre las personas y generaría más confianza y seguridad.
Sin embargo, estas medidas que se plantean para mejorar la calidad de vida, como participar en la recuperación de los barrios, son superficiales y para que tengan un impacto tendrían que vincularse más con la ciudadanía. Es decir, tratar que estas acciones sean generadas o integradas por los mismos ciudadanos. Eso es lo que puede impactar más, porque de otra forma se convierten en proyectos de los que la ciudadanía espera obtener algo, pero que saben que son temporales y aunque pueden tener algún efecto positivo y favorable, sólo sería de manera temporal y pasajera.
Estas circunstancias no permiten o no dejan de terminar cohesionar una relación más estable entre el gobierno y la ciudadanía.