Fueron más de 25 observaciones las que hizo la fracción a esta iniciativa de la Ley de Tránsito. Estamos en espera de que nos presenten el dictamen final, pero de entrada espero que las veintitantas observaciones que hicimos y que fuimos discutiendo una por una, puedan realizarse. En caso de hacerse, podemos encontrar coincidencias con la ley, pero si no se toman en consideración, obviamente vamos a encontrar veintitantas excusas y pretextos para echar a bajo esa ley.
Principalmente, las observaciones tienen que ver con un tema de libertades y temas constitucionales, porque había artículos que señalaban inclusive la posibilidad de que si uno caminaba en la calle con audífonos y un celular, podía ser hasta multado y con las mismas características de un conductor. Nos iban a pedir la licencia, que identificáramos plenamente, unas cuestiones muy falaces que no pueden aplicarse en la ley.
Otro tema es que un policía te podía parar y no solamente pedirte tus generales, sino cualquier cosa que te identificara plenamente y entonces, quedaba muy abierto a que si no presentabas el acta de defunción de tu abuelito, por ejemplo, pudiera ser retirado y removido tu vehículo. Creo que hay una voluntad de cambiarlo, de aceptar las modificaciones que hemos propuesto.
Realmente esos son los temas álgidos. En esta fracción, hay que decirlo particularmente, a mí que estoy comprometido con los derechos humanos y civiles de la sociedad, faltaba mucho en la ley. El hecho de empoderar a que un policía de tránsito o un oficial de policía pudiese arrestarte por 36 horas a mí se me hacia una exageración y no sólo eso, sino una vulnerabilidad a los derechos humanos de la gente.
Me parece que se tiene que eliminar esa situación y buscar condiciones que nos permitirán, en el caso de alcoholímetros o al encontrar un conductor alcoholizado donde esté en riesgo su vida, lograr encontrar un mecanismo que permitiera al policía levantar un acta y remitirlo como un arresto administrativo. Son condiciones que hemos ido revisando, más allá del simple acto y el mero argumento político que otros grupos políticos señalaron con la cuestión del seguro de los vehículos.
En este tema también nosotros hicimos una propuesta. Aceptamos que es importante que como en otros países y legislaciones de nuestro propio país, que los vehículos que transiten tengan la posibilidad efectivamente de salvaguardar los intereses de los ciudadanos, pero que también tiene que entenderse que ante la economía estatal y la economía global que estamos sufriendo, tiene que haber consideraciones.
No se le puede pedir que de la noche a la mañana a los ciudadanos que se pongan en regla y que todos tengan un seguro, porque hay vehículos que son utilizados de manera particular como un lujo; y hay vehículos cuyo destino es una herramienta de trabajo y que obviamente implica una serie de cuestiones que tratar.
Propusimos que fuéramos desglosando poco a poco esta obligatoriedad, que hubiese incentivos para aquellos vehículos que se dedican a prestar un servicio en particular, como aquellos de transporte, servicios de carga y otras cosas, con la intención de que al igual que en la Ciudad de México, se fuese permitiendo desglosar para que aquellos vehículos principalmente, los que son utilizados como una herramienta de trabajo, que puedan tener la posibilidad de tener periodos para tener incentivos del gobierno taxistas, de carga o servicio público.