Tenemos que ver la problemática de las obras pluviales bajo dos conceptos. El primero es que éstas han ayudado a que se resuelvan los recurrentes encharcamientos o inundaciones que tenemos en general, en la zona metropolitana. Creo que se viene avanzando bien, pero cuando tenemos lluvias como las que se presentaron hace unos días y que causaron afectaciones en varios municipios, me parece que no hay obra pluvial que alcance.

Hay que recordar que ha llovido anteriormente. Me parece que la infraestructura llegó a su capacidad y por ende, los drenes y canales no tuvieron oportunidad de contener el número de metros cúbicos que se movían por segundo. Se juntaron esos elementos y como consecuencia, hubo una afectación severa y dramática en Santa María Magdalena. Si hacemos un recorrido o un recuento en dos zonas en Santa María Magdalena o en el fraccionamiento Los Pájaros en Corregidora, vemos que los niveles de agua han bajado y sólo hay que hacer limpieza de lodo, reconstrucción de pavimento de infraestructura urbana y ayudar a las personas que se vieron afectadas en sus viviendas.

El caso más evidentemente de la superficie afectada fue en San Juan de Río. Independientemente de la comunicación que debe existir en los diferentes niveles de gobierno, a los que no podemos poner en riesgo es a los ciudadanos.

Si nosotros vaciamos dos cubetas de agua de inmediato en un lavado, se van a desbordar. El agua se va a caer del lavabo, pero esos 38 litros, por ejemplo, si los vertimos en el lavabo de manera pausada y lenta, van a ser desechados sin que se derrame una sola cantidad de agua.

Lo que pasó en estos días es que cayó una cantidad muy fuerte de agua en un lapso muy breve. Estamos hablando de 130 milímetros. Esa es una cantidad de agua que no es fácil para ninguna infraestructura hidráulica. El tema que tendríamos que abordar es el de una inversión mayor, para que en lugar de que podamos conducir 80 o 100 metros cúbicos por segundo en diferentes drenes, nos podamos ir a 200, 300 o 500 metros cúbicos.

Sí tiene que existir mayor planeación, infraestructura, pero me parece que esto no se realiza en dos o tres años. Tiene que ser un proceso responsable, y no como la obra realizada en la lateral del centro comercial Antea, que en días pasados se desvió un cauce y provocó una corriente excesiva. Hubo un error de cálculo y por eso se genera el socavón y hay que ser claros, esa obra se ejecutó hace tres años, es una obra nueva mal calculada y mal diseñada. Se ejecutó durante la administración del gobernador José Calzada y bajo la presidencia de Roberto Loyola.

También creo que ya existen los atlas de riesgo en los municipios de Corregidora, Querétaro, San Juan del Río y entiendo que también en El Marqués se tiene este documento. Se conocen los causales que pueden manejarse en volumen de agua y yo hablo de metros cúbicos, porque es la cantidad de agua que puede ser conducida por uno o por varios drenes.

La infraestructura tiene que realizarse en función de no hacer sólo un dren, sino calcularlo en función del número de metros cúbicos que, en un momento dado, puedan desplazarse por esas zonas. También hay que reforzar los drenes, que en su momento puedan ampliarse y que las personas que viven cerca de estas zonas de posible riesgo entiendan que hay que tomar la previsión de reforzar los muros, bardas con el objeto que no tenga una presión y fácilmente sean derribadas. Creo que es un trabajo integral, pero parte de la base del Plan Pluvial, es entender el volumen de agua que se va a conducir.

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