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Hace tangible al mal en su más puro estado, no sabe temer, aunque sí respetar a aquellas fuerzas tan poderosas como la suya.
Belcebú se encuentra listo para una visita con alto grado de dificultad. Sabe que la batalla en el estadio Azul podría ser épica, lo que aumenta su deseo de asestar el golpe que derribe a La Máquina por primera vez en el Clausura 2014.
“Sabemos dónde hacerle daño al Cruz Azul... Y ellos también a nosotros”, admite José Saturnino Cardozo, director técnico del Toluca. “Será un gran partido, porque estamos bien”.
Diagnóstico que otorga a sus Diablos Rojos, esos que numéricamente sólo son superados por los Cementeros, únicos con paso invicto tras ocho jornadas.
Los mexiquenses suman cuatro visitas a los celestes sin imponerse (dos empates y un par de descalabros), mas consideran que su potencial puede colocar al líder en el borde de la cornisa, sitio hasta ahora desconocido para un plantel que acumula siete éxitos en fila (tres como local).
“Tendremos que jugar el partido y demostrar de lo que somos capaces”, recuerda el genio Antonio Naelson Sinha. “Las estadísticas indican que son los dos equipos que están allá arriba... Hay que ver cómo se dan las cosas”.
“Ojalá que sea un buen partido y podamos ganar”.
El primero de sus anhelos luce sumamente alcanzable, gracias a la explosiva combinación formada por los dos clubes que han marcado la pauta durante la primera mitad del actual certamen.
Más allá de que representa un test de alto nivel para ambos, Cardozo está convencido de que sobran ingredientes para esperar emociones en ambos arcos.
“Sabemos que este sábado se van a enfrentar dos equipos que juegan muy bien al futbol, esperemos que primero se vea un buen partido y que gane el mejor”, sentencia. “Estamos teniendo la fortuna que el equipo está ligando [victorias]”.
“En algunos partidos que no se juega bien, ganamos igual, como nos pasó en Veracruz [hace un par de semanas]”.
Aunque el Príncipe de las Tinieblas está consciente de que cualquier descuido podría costarle caro. Tiene identificadas las debilidades azules, mas no pasa por alto que el rival también conoce lo que le lastima.