BARCELONA.— Valiente e histórico triunfo tuvo el saltador mexicano Jonathan Paredes, al agenciarse la presea de bronce en el debut de los clavados de altura en el Mundial de Natación.
Paredes sumó 578.35 puntos y con ello, el cuarto metal de tercer lugar para la delegación tricolor en Barcelona.
“Todavía no lo puedo creer, es el primer Mundial para los clavados de altura, somos pioneros y compartir el podio con dos monstruos era mi sueño”, declaró el medallista.
El seleccionado de 23 años exhibió su talento como “hombre pájaro” desde la torre de 27 metros instalada en el Moll de la Fusta de Barcelona, que resguarda el monumento a Colón y en donde pudo mantener la tercera posición de la que se adueñó en las preliminares.
En el cierre de la competencia, cuando se presentaron las tres ejecuciones con grado de dificultad, Paredes subió al podio gracias a su constancia, estética y fuerza en las entradas, sumando 578.35 puntos.
La medalla de oro fue para el colombiano Orlando Duque, quien brindó la primera presea áurea para su país en la historia de los Mundiales (590.20), seguido del inglés Gary Hunt, medalla de plata, con 589.30.
“Venir a Barcelona era ya algo fuera de serie. Como clavadista de alberca, siempre sueñas con unos Juegos Olímpicos o un Mundial, ahora que me subí por la medalla es algo indescriptible que guardaré para toda la vida”, afirmó el primer mexicano en estar en el podio en la extrema especialidad.
Su actual entrenador es Duque, medallista de oro en Barcelona y una de las máximas figuras de los clavados de altura en el mundo.
“Es la única persona en la que confío plenamente. Competimos juntos en el serial, además de entrenar en Austria antes de venir a España”.
Paredes afirmó que México siempre ha sido potencia en clavados en general y que espera que su disciplina pronto tenga más popularidad.
“Me escribieron mucho en Twitter y Facebook, mucha gente estaba pendiente de mi desempeño, pero falta más apoyo”.
Su incursión en los clavados de altura fue a los 15 años en los shows de México. Actualmente se encuentra ranqueado entre los cinco mejores del Cliff Diving de Redd Bull. Cuando inició su romance con los saltos, lo hacía desde el trampolín de 3 metros, ya que la plataforma de 10 metros “me daba miedo”.