Morelia.— Rayados entendió anoche que las victorias pueden ser descorazonadoras. El triunfo sobre Morelia (0-1) tiene el dolor de su estrella Avilés Hurtado, lesionado y quien corre peligro para la vuelta y una potencial final ante Tigres o América.
El sueño neoleonés está por cumplirse. Faltan sólo 90 minutos en el estadio Universitario y otros tantos en la casa de Rayados para que haya final regia.
Las potencias económicas de la Liga MX han cumplido y sólo les basta rematar. El miércoles fueron los Tigres, que victimaron al América (0-1) en el estadio Azteca. Anoche, Monterrey golpeó a domicilio a Monarcas.
Pero hay una preocupación en el seno albiazul. Hurtado, su máxima figura ofensiva, se tocó la parte posterior del muslo, lo que lo obligó a ser relevado y el resto de la Liguilla peligra para el mortífero atacante colombiano. Focos rojos se encienden en el equipo de Antonio Mohamed.
Se avecina el clásico regio para definir al campeón, esa serie que representaría historia pura para aquella región del país, aunque con prácticamente nula expectativa en los 31 estados restantes de la República Mexicana.
Para Rayados fue fácil ayer. Lo único que le hizo a la monarquía fue atarla y fastidiarla con su tridente (Dorlan Pabón, Rogelio Funes Mori y Hurtado).
Monterrey no agobia, pero aniquila. Le interesa muy poco la posesión de la pelota, porque, cuando la tiene, la traslada con tal vértigo que parece con prisa para herir al contrario.
Morelia se quiso atrever, pero su rival siempre estuvo equilibrado, salvo al inicio del partido. Rodrigo Millar puso el esférico en el travesaño a los tres minutos.
Suerte adversa que condenó a los locales.
Rayados lanzaba pases filtrados y, en uno de éstos, Hurtado se enfilaba dentro del a definir área y lo tropezó Carlos Guzmán. El árbitro Jorge Pérez Durán señaló el penalti. El propio atacante colombiano lo hizo gol (37’), que en calidad de foráneo vale más, porque representa el primer criterio de desempate en caso de igualada en el marcador global.
Monarcas exhibió sus limitaciones. Padeció el enfrentar a un club poderoso que le supera en talento, recursos económicos y necesidad de triunfos. Morelia cumplió con llegar a semifinales y nadie puede pensar que fracasó. Aún tendrá el último intento para remontar la serie, aunque está obligado a marcar dos goles, por lo menos, en el Gigante de Acero para dar la gran campanada dea fase final y buscar su segundo cetro.
Por el nivel de los dos clubes, Monarcas tiene ante sí una gesta poco menos que imposible.
El escollo michoacano de Roberto Hernández está a punto de ser superado por Rayados.
Quizá no le preocupe tanto la vuelta al Turco como perder a Avilés en una potencial final, que se cocina como clásico regio.