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NUEVA ORLEANS.— Por primera vez en la historia del Super Bowl, los coaches de los equipos finalistas compartieron el escenario, para brindar la última conferencia de prensa previa al juego por el campeonato de la NFL. Los hermanos Jim y John están listos para el Harbaugh Bowl.
John, entrenador de los Cuervos de Baltimore, moderado y diligente, ataviado con un elegante traje y de corbata, mencionó que no existe mejor entrenador en la NFL que su hermano Jim, quien dirige a los 49ers de San Francisco, y que ayer vistió de sudadera, gorra y pantalón caqui.
“Me encantaría trabajar para Jim, sería lo más increíble en el mundo. Por poco lo conseguimos una vez en la Universidad de Stanford. También sería un honor tenerlo en mi staff, es un gran coach. No hay uno mejor que Jim Harbaugh, y lo digo en serio”, comentó John, a lo que Jim respondió: “Bueno, Jack Harbaugh”, quien es el padre de ambos.
Cuando le preguntaron a Jim por los recuerdos que tenía de su infancia junto a su hermano, el coach de San Francisco precisó que no deseaba hablar del pasado, sino del trabajo que han hecho sus jugadores para poder estar a un paso del título de la NFL.
“Mis memorias son de esta temporada, de la forma en la que se han desempeñado nuestros jugadores, es por ello que están aquí, no por algunas decisiones del entrenador o algo similar que hayamos hecho cuando éramos pequeños”, expresó el timonel de los 49ers.
Los hermanos comentaron que no habrá rencor entre ellos sin importar quién gane el Super Bowl XLVII, aunque tampoco han planeado si se brindarán la mano o si se darán un abrazo al término del encuentro. Lo que sí saben es que la derrota será amarga para cualquiera de los dos.
“Cada coach, cada jugador, y todo mundo siente júbilo cuando se consigue una victoria. Y cuando pierdes, es una amarga desilusión. Así que este partido no será diferente”, opinó John.