Todo comenzó hace poco más de dos años, cuando José Manuel de la Torre asumió como director técnico de la Selección Mexicana. Guillermo Ochoa y José de Jesús Corona han sostenido una encarnizada batalla por resguardar el marco tricolor, esa a la que todavía le restan varios capítulos.

El guardameta del Ajaccio se llevó el más reciente. El cuerpo técnico encabezado por El Chepo, le dio la titularidad para los juegos eliminatorios contra Honduras y Estados Unidos, en los que hasta fue capitán.

Decisión sorpresiva, ya que Corona mantenía buen nivel con el equipo nacional. Fue el más destacado en el doloroso empate ante Jamaica (0-0) del 6 de febrero.

“Uno trabaja con su equipo para siempre estar en la Selección y, ya en México, todo el mundo quiere jugar”, comparte. “El director técnico me dio la confianza y me siento bastante bien para aportar a la Selección y buscar estar en el Mundial”.

Torneo que representa un sueño para ambos. Conocen lo que es formar parte del representativo mexicano en el máximo evento futbolístico del planeta, aunque no lo han jugado. Fueron suplentes de Oswaldo Sánchez, en Alemania 2006, y Ochoa repitió para Sudáfrica 2010, aunque Javier Aguirre confió en Óscar Pérez.

Después de recuperar el sitio que perdió por aquel cabezazo propinado a Sergio Martín, ex preparador físico del Morelia, el portero del Cruz Azul lucía como titular indiscutible... Hasta los dos más recientes juegos.

Corona no se siente menos que Ochoa, un hombre con calidad y mediático.

“Estoy tranquilo, porque sé que he hecho un buen trabajo... lo demás son decisiones técnicas que respeto”, asegura. “Lo que me importa es lo deportivo, no lo mediático”.

“La lucha deportiva va a ser muy dura, y no sólo con Memo, también están [Alfredo] Talavera y otros en buen momento”.

Su eterno rival deportivo hoy vive en estado de gracia. Además de estrenarse como padre hace algunas semanas, Ochoa se ha consolidado como figura en el Ajaccio. Sus actuaciones han hecho que algunos clubes se interesen en él, como el Liverpool.

Cauto, el chico de la ensortijada cabellera admite su beneplácito por estar en la órbita de instituciones con renombre, aunque niega que su reciente titularidad con el Tricolor se deba a la posibilidad de emigrar a la Liga Premier de Inglaterra, en la que se exige a los foráneos haber jugado, al menos, 75% de los partidos con su Selección Nacional durante los dos más recientes años. De los 32 juegos en la era De la Torre, Guillermo ha actuado en 11.

“Ya están con sus conspiraciones raras... No hay algo”, sentencia, molesto. “Da gusto que se mencione el nombre de equipos grandes, siempre es bonito ese tipo de situaciones. Eso habla de que uno está haciendo bien su trabajo...”.

El que, por ahora, le permite tener ventaja en este “conflicto” por el marco nacional.

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