GUADALAJARA.— Es el futbolista de Chivas con mayor rendimiento en los últimos dos torneos. Desde su llegada se convirtió en el mejor anotador del equipo. Sin embargo, Rafael Márquez Lugo no se hace a un lado de la responsabilidad por el rotundo fracaso del Torneo Clausura 2013. En la pésima temporada del Guadalajara, nadie se salva.
El autor de siete tantos en esta campaña hace un análisis duro del paupérrimo desempeño del Rebaño Sagrado. Expresa su frustración y vergüenza. Reconoce la necesidad de un cambio fuerte dentro del plantel. Lo que le ha ocurrido al conjunto tapatío es motivo de pena.
“No, yo creo que esto es un deporte de conjunto y nadie se salva. Cuando hay una situación como la de este torneo, nadie se salva. Lo que te puedo decir es que me siento tranquilo, porque he tratado de hacerlo de la mejor manera. La gente que tome las medidas sabrá con quién cuenta y con quién no”, explica el delantero.
“Me parece natural que tengan la idea de renovar, sacar a quien no crean necesario, porque Chivas no puede estar en los lugares que lo pusimos en este torneo y uno como jugador tiene que acatar lo que se decida”, añade.
Ni siquiera él, que ha respondido con 14 goles en dos torneos, se siente con un lugar seguro. “Es frustración, porque mi idea sigue siendo salir campeón con Chivas. Si ahora me tuviera que ir, me iría frustrado y si me quedo, qué padre, porque tendré de nuevo esa oportunidad de buscar un título. Nadie se salva”, reitera.
“Desde luego es frustración no nada más mía, sino de todos mis compañeros, porque muchos por lesión tampoco nos pudieron ayudar. Entonces, es frustración del cuerpo técnico y de todo el plantel, porque tenemos vergüenza. Chivas no es cualquier equipo y es una pena haber dado esta clase de torneo”, agrega Márquez Lugo.
Aunque ha sido el mejor futbolista del Rebaño Sagrado, no huye de la responsabilidad. En el examen de consciencia que realiza después del entrenamiento, en Verde Valle, reconoce sus propias equivocaciones. Lamenta no haber dado más. Digiere su parte del fracaso.
“Yo también he cometido errores como el Clásico con Atlas [cuando fue expulsado]. Soy uno más del plantel y así como he tenido momentos buenos, he tenido malos, como con Atlas en específico, independientemente de si fue justo o no, en ese momento, mi equipo se vio afectado. No me corresponde a mí decir si hubo jugadores que quedaron a deber o si yo me salvo, el único que puede decidir es el técnico, junto con la directiva. Yo como un miembro más del plantel, me siento tan culpable como los demás”, sentencia.
Y finalmente, en la búsqueda de razones, encuentra algunas explicaciones a lo ocurrido. De nuevo aparece la sombra del América. La derrota en el Clásico Nacional cambió por completo el rumbo del Guadalajara en el Clausura 2013.
“A partir del Clásico, nos golpeó el estado anímico, no logramos recuperarnos, perdimos la brújula. Lo hemos platicado los mayores, no se cumplió, quedamos mucho a deber. Sí es un plantel que está justo, lo dije hasta cuando estábamos bien. No nos sobra nada. Luego nos vienen lesiones, bajas de juego, malos arbitrajes y no se pudo. Excusas no hay. Los culpables somos los jugadores y debemos aceptar lo que venga sobre nosotros”, concluye Márquez Lugo.