SAO PAULO.— Ídolo inolvidable entre los brasileños, que le consideran el mejor piloto de la Fórmula Uno de todos los tiempos, Ayrton Senna sigue en la memoria de su país y del mundo automotor, donde su mito no se debilita dos décadas después de morir.
Desde tempranas horas, la tumba del mayor piloto brasileño de Fórmula Uno, localizada en el cementerio de Morumbi, en Sao Paulo, recibió la visita de centenares de aficionados que le llevaron flores, recuerdos y fotos y permanecen allí en silencio para rememorar a su ídolo.
“Ayrton sacrificó su vida para darnos alegrías todos los días, especialmente los domingos. Yo me sacrifico viniendo hasta aquí para darle alegría a su alma. Vengo todos los 1 de mayo”, dijo un jubilado.
Las palabras del anciano sintetizan el respeto y admiración con que el país sudamericano recuerda al carismático piloto, dueño de 41 victorias y 65 poles y considerado un mito incluso por encima de Pelé.
En Imola, donde murió el volante brasileño, también una multitud se reunió para recordarlo. La gente se parecía al que normalmente se reserva para celebrar un podio en la Fórmula Uno, sólo que esta vez los miles de asistentes se quedaron en silencio exactamente a las 2:17 de la tarde, hora en la que murió.
Aficionados, familiares, compañeros y actuales pilotos de la F1 asistieron a la conmemoración solemne.
La ceremonia se realizó en la curva Tamburello del circuito de Imola, donde Senna se estrelló y falleció hace 20 años.
“Para muchos de nosotros era un ídolo”, señaló el español Fernando Alonso, quien recordó que los domingos se despertaba para ver la forma de manejar de Senna.