Es el Pocho que va al Mundial... por México. Miguel Ángel Ponce Briseño llegó a la Copa del Mundo de Brasil por la puerta de al lado; la lesión del Negrito Juan Carlos Medina le abrió el camino, mas al final de cuentas, él es el menos culpable de eso.

Ponce nació en Sacramento, California. Hijo de padres mexicanos, el futbol lo llevaba en la sangre y cuando tocó la redonda y no el ovoide del futbol americano, supo cuál era su camino.

El equipo más mexicano, las Chivas Rayadas de Guadalajara, vieron en él más que gusto por jugar, le vieron cualidades y lo trajeron desde las áridas tierras de Sacramento, a la capital tapatía.

Después de muchos años en fuerzas básicas, de la mano de José Luis Real, ángel de la guarda de los jóvenes de las Chivas, debutó en Primera División en el Bicentenario 2010, para no perder la titularidad.

La banda de la izquierda era propiedad del Chapo.

Sus buenas actuaciones lo impulsaron a las selecciones menores, donde también brilló. Fue titular en la conquista de la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011, titular en el Preolímpico ganado por el Tri y por consecuencia titular en la histórica conquista de la medalla de oro obtenida en los Juegos de Londres 2012. Todo virtud.

Mas algo pasa a los futbolistas cuando la gloria llega a sus manos. Quizá la fama los marea, quizá no están preparados para tantas buenas noticias.

Llegó una mala.

El nivel de Ponce se vino abajo, y todo lo ganado en pocos años se fue a la basura en menos tiempo.

La titularidad en las Chivas... la perdió. Los llamados al Tri, ahora Mayor... dejaron de llegar. Los amigos que trae la fama... dejaron de llamar.

Lección no pedida, pero muy bien aprendida.

Salió del Guadalajara por la puerta de atrás, y en Toluca volvió a comenzar. De la mano del técnico José Saturnino Cardozo, Miguel Ángel Ponce Briseño regresó a lo que era, y se volvió puntal del equipo rojo.

Ponce es un jugador zurdo natural. Es de esos laterales que dominan muy bien la técnica. No sólo defiende, también ataca, tiene un potente disparo y una muy bien educada pierna zurda. Su visión de campo lo hace jugar, además de la zaga, también en la media cancha, como extremo o como contención.

Los cobros a pelota parada, son otra de sus armas.

Un estuche de monerías.

Así, poco a poco... volvió la fama. Poco a poco... volvió la titularidad. Poco a poco... volvieron los amigos...

Y volvieron los llamados a la Selección Nacional.

Su resurgimiento no le alcanzó para ser llamado, de primera mano, a la Copa del Mundo. Pero El Negrito Medina declinó y su teléfono sonó en repetidas ocasiones.

“¿Estás listo?”, le preguntó Miguel Herrera y El Pocho tomó su maleta.

La moraleja queda: “Lo importante no es llegar primero, sino saber llegar”. Y El Pocho va al Mundial.

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