Al grito de “Que no lo tiren, que no lo tiren”, un grupo de ciclistas, entrenadores y vecinos, protestó ayer contra la desaparición del velódromo olímpico Agustín Melgar, inmueble que podría ser demolido para construir el nuevo estadio del Cruz Azul.
Aunque apenas el año pasado la instalación fue remodelada con una inversión de más de 20 millones de pesos, podría pasar a la historia.
“Este velódromo es muy respetado e incluso le llaman el templo a la velocidad. Considero que esta iniciativa es una grave puñalada a la cultura deportiva de México. Nos estamos quedando sin lugares para entrenar y semilleros para que surjan nuevos talentos. No sabemos si el próximo medallista olímpico podría comenzar a entrenar aquí ”, comentó la pedalista Ana Puga.
Gastón Rodríguez es uruguayo, pero vive en la Ciudad de México desde hace siete años. Él también mostró su desacuerdo.
“Se me hace una pena derrumbar un monumento como el velódromo. Mucha gente dice que ya no sirve, pero eso es un error, sigue en funcionamiento, hay mucha gente entrenando, muchos profesores y torneos. No hay muchos espacios para entrenar y si vas en la calle te expones a muchas cosas”, dijo.
Algunos vecinos, como Dulce María Arévalo, temen que el proyecto provoque caos en la colonia Jardín Balbuena.
“Vamos a estar secuestrados en nuestra colonia, nos veremos afectados en nuestra tranquilidad porque creemos que existirá ambulantaje y más tránsito”, opinó.
El velódromo como nueva sede de La Máquina es un proyecto que el gobierno de la capital y el Cruz Azul analizan desde el año pasado, y esa ha sido, hasta ahora, su única opción, por las condiciones del terreno y la localización.
“Hay una propuesta que debe pasar por una autorización federal, porque es un inmueble que aunque su uso ya no está justificado para el catálogo en el que está, se encuentra protegido”, declaró Miguel Ángel Mancera en abril pasado.
Para concretar la propuesta es necesario el permiso del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) por ser sede olímpica.
EL UNIVERSAL buscó entrevistar al delegado de Venustiano Carranza, Israel Moreno, pero no respondió a la solicitud.