Houston.— El último examen de la Selección Nacional rumbo a la Copa de Oro no terminó como debería. La lesión de Javier Hernández truncó el juego durante la segunda parte y puso a todos nerviosos. Empate a cero ante Honduras, que no sirve para sacar muchas conclusiones, pues luego de la lesión del ‘Chicharito’, el equipo mexicano no logró recuperarse del golpe.
Hernández salió lesionado en el primer tiempo por una aparente fractura de clavícula.
Con este marcador, el Tri llega a siete juegos sin triunfo, pero más allá de eso, ahora Miguel Herrera, aparte de todos los problemas que tiene, debe resolver cómo hacer que su equipo funcione sin uno de sus referentes.
Ya no quedan más pruebas. Ahora sólo a pensar en Cuba y buscar el oro.
La violencia
Como estaba previsto y más allá de que Honduras juegue bien o no al futbol, su principal arma se llama violencia.
Los catrachos antepusieron la pierna fuerte a su juego, y en los primeros minutos se hicieron sentir frente a los mexicanos, que trataron de responder bajo el mismo tenor, pero sin las mismas consecuencias.
En los primeros cinco minutos, los jugadores del Tri conocieron el maltrecho césped del NRG Stadium, el árbitro, Armando Villarreal, de Estados Unidos, no pudo contener las fuertes entradas.
Cuando alguien se acuerda de jugar al futbol, Henry Figueroa tira de lejos y hace que Memo Ochoa reaccione. Honduras no tiene el balón, pero es el que genera juego.
Hasta que aparece Carlos Vela, se coloca detrás de Javier Hernández y comienza a generar juego. La primera: roba una pelota que deja a ‘Chícharo’ solo frente al portero, pero el delantero la echa por un lado. La segunda: se quita un jugador fuera del área y manda un potente disparo que va al poste; en el contrarremate, Javier Hernández entrega el balón al portero. La tercera: en un tiro libre manda el balón a la horquilla.
Sin jugar tan bien, México es amo y señor, pero llega la tragedia. En una jugada tirada a la banda, Javier Hernández cubre el balón y Brayan Beckeles lo empuja por la espalda. El ‘Chicharito’ cae abruptamente al césped sobre su hombro derecho. De inmediato cunde la alarma y el futbolista pide su cambio.
Hernández es llevado de inmediato a un hospital, se teme una fractura de clavícula.
La locura
El juego pierde razón de ser ante la lesión del futbolista más importante de la Selección en este momento.
Ante la salida de ‘Chicharito’, Carlos Vela se vuelve más referente. El segundo tiempo comienza caliente, cualquier pretexto es bueno para encararse. Miguel Herrera lucha por mantener la calma.
El técnico mexicano comienza a hacer cambios. El plan se ha truncado por la baja de Hernández. Gio hace pareja con Oribe en la delantera. México sigue con el balón en los pies, pero no hay conexión de media cancha para adelante.
Corona trata de volver a animar al equipo mexicano. Escoge la banda de la izquierda para hacer de las suyas; a la primera se lleva al lateral hondureño y cae en el área. México pide penalti, los ánimos están más que caldeados.
Honduras muy a la suya, al pelotazo, logra llegar al área de Memo Ochoa. Cortes defensivos oportunos impiden el gol catracho. Diego Reyes salva en la línea. El juego está descompuesto, pero abierto, la violencia sigue presente y el árbitro sólo contemplándola.
Y al final ocurrió lo que tenía que pasar. Una dura entrada sobre el ‘Gallito’ Vázquez hizo que los jugadores no aguantaran más y comenzaran a encararse, a empujarse y a decirse de todo y contra todos.
En la banca, todo se desquicia. Miguel Herrera y Jorge Luis Pinto se encaran y se empujan. Guardado también interviene. El árbitro está más al pendiente de lo que ocurre afuera, donde también se están dando.
El poco futbol que queda en la cancha lo pone Gio, quien en un tiro libre hace que el estadio enmudezca. El portero Escobar logra sacar el balón que todos cantaban como gol.
El árbitro pita el final, lo mejor que hizo en todo el juego, y México y Honduras se van con un empate a cero que no puede servir de mucho pensando en el reto de la Copa de Oro.