MÁLAGA.— Su sonrisa aumenta cada segundo, al igual que la ilusión generada por un sueño cumplido, ese que aguardó pacientemente, sin importar la presión mediática.

Guillermo Ochoa goza sus primeros instantes en el futbol español. Además de portero, el chico de la ensortijada cabellera muestra —durante su presentación con el Málaga— que es todo un camaleón: del elegante traje oscuro a la playera de concentración, para terminar con el verde traje de arquero, el que sueña hacer histórico durante su estadía con el club andaluz. Por ahora, se ha acordado que sea por tres años.

El guardameta mexicano asegura que se siente feliz por su fichaje con un conjunto que le abrió las puertas de la Liga española, a la que llega “a sumar y formar mi historia”.

“Quiero agradecer la oportunidad que me ha brindado el Málaga. Es un sueño cumplido”, presume. “Estoy muy contento de estar en un equipo que cuenta con un gran proyecto, el cual me atrajo desde el primer instante y me hizo no voltear a ver a ningún otro equipo. Vengo con la ilusión de dar mi máximo esfuerzo”.

Después de su gran actuación en la XX Copa del Mundo, el tapatío apareció en la órbita de algunos clubes, pero optó por el malagueño.

“Me convenció el proyecto y el entusiasmo de la directiva”, revela. “Me seduce, porque es un equipo que busca crecer en todo. Además, la gente aquí vive el futbol con mucha pasión; cada 15 días el estadio está lleno”.

Portará el número 13, con el que se identifica desde que era un pequeñín que corría tras el balón.

“Nací un viernes 13 y debuté en un Mundial un 13, a las 13 horas. Es un número que me ha traído buena suerte”, dijo.

Ochoa apuntó que tenía referencias del club desde que “llegó a cuartos [de final] en la Champions [2012-13]”, lo que aumentó su deseo. Por eso sonríe. Un dulce capítulo en su vida acaba de empezar.

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