Salvador de Bahía.— La mente tricolor se mantiene fiel, no pierde el rumbo. Apunta a la medalla de oro. Nadie en el seno de la Selección Olímpica piensa en otra cosa. Obsesión que se sustenta en la concentración, trabajo y unión de grupo, según presumen sus integrantes.
“Todos estamos metidos, con el objetivo claro. Buscamos iniciar de la mejor manera. Hay que aprovechar el momento y dar lo mejor para hacer historia”, señala Marco Bueno, delantero de la Selección Mexicana Sub-23, tras el entrenamiento en el estadio “Governador Roberto Santos”, en Salvador.
“Es un gran ambiente lo que se tiene en el equipo. Estamos aquí, aprovecharlo, que nos costó mucho llegar. Disfrutarlo y llegar de la mejor manera al primer partido”, presume el jugador.
Raúl Gutiérrez, seleccionador nacional, reúne a sus pupilos en el círculo central de la cancha. Quiere hacer sentir a sus dirigidos que están en la máxima justa deportiva de la humanidad, que son los encargados de defender el oro para México.
“Potro” hace ademanes bruscos y firmes. Habla casi a los gritos, aplaude, motiva. Sus elegidos lo escuchan atentos. Guardan silencio porque su líder los contagia de la adrenalina necesaria para afrontar el torneo de Río 2016.
“La [frase] que más se me quedó es que tenemos una oportunidad que muy pocas veces se repite en la carrera de un jugador, que tenemos muchas opciones de lograr una medalla de oro, pero hay que ir paso a paso y pensar en Alemania”, revela Bueno.
Gutiérrez ha decidido, salvo sorpresa de último momento, que Oribe Peralta sea el capitán de la escuadra. El “Cepillo” luce sereno, emite una sonrisa de confianza, porque goza del aval de sus aprendices.
El Tri Olímpico se debate entre la ansiedad y el trabajo. En su primer entrenamiento en Brasil, sus integrantes ya quiere que empiece su camino en Río 2016. Buscan encontrarse con la ruta que los guíe a lo más alto del podio. Que se escuche el himno nacional en el Maracaná es su obsesión. Quieren la de medalla de oro a como dé lugar.