Querétaro y su fiesta brava están de luto y con gran pesar despidieron este domingo a uno de sus consentidos; las cenizas del matador Jorge San Román llegaron a su última morada, el Templo de Nuestra Señora de Guadalupe, en Jurica.
El recinto religioso no contó con asientos suficientes para albergar al numeroso grupo de familiares y amigos, que con una gran muestra de tristeza, pero sobre todo de cariño y reconocimiento, se despidió del torero queretano.
Niños y adultos por igual, personajes del ambiente taurino y ajenos al mismo sin distinción, formaron parte del cortejo fúnebre.
Aunque a simple vista resultó obvio el afecto que le tenían quienes lo conocieron personal o profesionalmente, ya que este sábado los rostros de todos ellos mostraron gran pesar, nadie quiso romper el silencio en este difícil momento.
Los restos del hijo de Ernesto San Román El Queretano, fueron velados en una funeraria ubicada en la colonia Cimatario durante todo el sábado, mientras que el domingo por la mañana su cuerpo fue cremado y llevado a Jurica.
El diestro San Román perdió la vida en un percance automovilístico, en esta ciudad, la madrugada del sábado, día en que se cumplían exactamente 18 años de su primera novillada en la Monumental Plaza de Toros México.
Era integrante de una gran dinastía de toreros y novilleros queretanos y en marzo había cumplido 13 años de haber tomado la alternativa de manos de Jorge Gutiérrez, en Tequisquiapan.