NUEVA YORK.— Nada detiene el maratón más famoso del mundo. La Gran Manzana, escenario que aún respira el caos que produjo el paso del huracán Sandy, levantará el telón este domingo para la realización del tradicional maratón de Nueva York, pese a las críticas de sectores de la sociedad y políticos de la ciudad.
La competencia que aglutina a más de 50 mil corredores y genera un total de 340 millones de dólares de ingresos, según los organizadores, ha levantado el debate en torno a los beneficios y consecuencias que representa llevarlo a cabo.
“Creo que algunas personas dijeron que no deberíamos realizar el maratón, pero es un acontecimiento grandioso para Nueva York” declaró el alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg.
“Pienso que cada uno de los que hemos perdido a alguien o algo (por el huracán Sandy), tenemos como principal objetivo hacer algo por la economía y la ciudad. La carrera es una gran oportunidad para empezar a levantarnos”, mencionó Blomberg.
El alcalde externó que la derrama económica que produce el maratón es el principal motor económico para diversos negocios que giran en torno a la justa neoyorquina.
“Hay una enorme cantidad de pequeños negocios que dependen de los corredores, muchas personas han acudido aquí, y tenemos que mantener nuestra economía. Creo que aquellos que perdimos querrían que la ciudad saliera adelante”, aseveró.
Por último, el edil pidió que los participantes se pongan un límite, “en torno a las ocho o las nueve de la noche”, para que, a partir de esa hora, los rezagados no sigan corriendo, “por los recursos y por si aún hubiera apagones eléctricos”.
Por su parte Liz Krueger, senadora del estado de Nueva York, ha sido una de las voces más críticas al señalar que la ciudad necesita enfocar las baterías en otras problemáticas que demandan más urgencia.
“Entiendo que el maratón genera ingresos importantes para la economía local, pero seamos sinceros, conlleva mucho esfuerzo. Ninguno de los barrios vive una situación normal ahora”, señaló Krueger.
James Molinaro, jefe del barrio de Staten Island, instó a Bloomberg a que volviera a pensar su decisión de celebrar el certamen.
La carrera, que circulará por los cinco barrios de Nueva York, comienza según la tradición en el puente Verrazano Narrows, en Staten Island, y se espera que haya dos millones de espectadores por los 42.195 kilómetros de recorrido. Aún se desconoce si variará el trazado, debido a que hay zonas muy afectadas.
La directora de la carrera, Mary Wittenberg, señaló que hay muchos corredores inscritos, pero cree que la cifra de atletas finalmente no superará los 47 mil, debido a que muchos de ellos no llegarán por problemas con los medios de transporte.
La ceremonia de apertura, prevista para hoy, fue cancelada.