Sufrir con el Veracruz en los cuartos de final y medirse al América en la antesala de la serie por el título hace que los Pumas ya no sean considerados amplios favoritos a dar la vuelta olímpica. No les incomoda.
El volante David Cabrera asegura que acaparar reflectores no está en la esencia de un club que no suele dar importancia a lo dicho antes de un cotejo.
“Nunca hemos sido favoritos y no nos gusta ese papel”, sentencia. “Históricamente, el equipo ha mantenido un perfil bajo y así va a ser. Eso nos gusta, favorece y nos hace fuertes”.
Porque, ante el rival que más importa a su pueblo y dentro de la fase final, lo único trascendente es ganar, más allá de etiquetas o expresiones estéticas.
“[El espectáculo] sale solo. Lo que importa es ganar y todos estamos conscientes de eso”, aclara. “En esta instancia, es preferible jugar aceptable y ganar a hacerlo muy bien y perder”.
“Lo otro se va a ir dando conforme pase el partido, pero también sería bonito hacer un buen juego y ganar”.
Sin importar que ya no se les ubique como los principales candidatos a adjudicarse el título.