No baja la mirada, ni un segundo. Antonio Torres Servín la sostiene envalentonado, dispuesto a vengar el pasado reciente calamitoso y tortuoso que han sufrido los Pumas.
“Nosotros, el cuerpo técnico y ellos [los futbolistas] tenemos sed de revancha, de sacarnos la espina, pero es con trabajo, disciplina, esfuerzo y compromiso y eso lo estamos teniendo desde que regresamos a la pretemporada”, avisa el estratega de Universidad Nacional.
Tres torneos sin calificar, críticas de sus aficionados, errores en las decisiones asumidas por la directiva, que ya ha cesado dos entrenadores.
El felino auriazul ha quedado maltrecho y su técnico asume que los resultados ya no pueden esperar.
“Creo que no [pueden esperar los resultados], por lo que es Pumas, por la historia, tenemos tres torneos sin calificar y estoy consciente de que el equipo tiene que volver a los primeros planos”, reconoce.
Pero la directiva no ha sabido esperar a que se desarrollen los proyectos, se le comenta a Torres Servín.
Él refuta esa idea, porque argumenta que tiene a su favor el que le hayan permitido seguir en el banquillo de los Pumas, luego de dos interinatos en el torneo pasado.
“Que me ratifiquen en el primer equipo, ahí está la confianza. Es de resultados, y yo y nuestra directiva sabemos que tenemos que estar con el objetivo de calificar”, manifiesta.
Esa oportunidad —la de su vida, según califica— le llegó de sorpresa. Torres Servín nunca se imaginó cuando llegó a ser parte de la institución como auxiliar técnico que seis meses después sería el DT del primer equipo. La adversidad auriazul le entregó lo que siempre quiso hacer y acepta que no se puede equivocar.
“Eran momentos difíciles, duros, yo tenía que dar la cara y cuando me dicen ‘te vas a quedar de interino’, dije que sí, con gusto . El presente [chance] se dio por situaciones que ya todos sabemos, venía con otra perspectiva, tenía que aceptar, no fallar, eso fue por lo que dije que sí”, resume.
Y aceptar el cargo de timonel felino fue casi por una obligación personal, pues “en la vida de repente te llegan retos que tienes que asumir, es un club grande, con exigencias, pero también me sirve, me he estado preparando y si no asumo esto ahorita ¿para qué estaría yo hecho? Es un buen reto que tomo con gusto y sé dónde estoy parado”.
Toño comparte que hubo tristeza en el certamen pasado por la problemática al interior del equipo, pero que sus pupilos se han sabido sobreponer a la adversidad.
Hoy entrena a los Pumas para no ser considerado un error como lo fueron las contrataciones de Mario Carrillo y Joaquín del Olmo, de acuerdo con Alberto García Aspe, Vicepresidente Deportivo aurizul, ni “ni fallarle a los principios de la Universidad”.
Ve equipo para ser campeón.
“Si competimos, si calificamos, Pumas es candidato, casi todos han sido campeones. Del plantel desde abajo todos han sido campeones”, presume.
De conquistar la octava estrella, Antonio Torres Servín consumaría la revancha de los Pumas.