Transcurrieron 11 partidos sin éxito en su casa. Nueve largos meses. Fue todo un parto para que Pumas volviera a ganar en el estadio Olímpico Universitario. El 3-0 sobre los Xoloitzcuintles de Tijuana apagó el humeante entorno que ensombrecía CU.

El trance, que estuvo a punto de costarle la “cabeza” a José Luis Trejo, ha desaparecido de la noche a la mañana. De pronto, los felinos cosecharon par de victorias y hoy ocupan la cuarta posición en el tablero general.

“Creo que ya no estamos en crisis, lo ves en la tabla general”, se apresuró a decir el estratega de Pumas, al término de la contienda celebrada en CU, con todo y que aún se entona música de viento en contra del timonel.

Los auriazules no ganaban desde el lejano 28 de abril de 2013, curiosamente resuelto por el mismo marcador que ayer, 3-0, aunque ese día sobre Jaguares, cuando dirigía Antonio Torres Servín. Por eso, éste fue el primer triunfo de Trejo en el Olímpico.

“El profesor se lo merece, porque venía haciendo un buen trabajo. Si se trabaja bien a la larga las cosas tienen que salir”, celebró, por su parte, Daniel Ludueña, quien colaboró con un golazo.

Transcurrían 16 minutos cuando El Hachita se topó con un rebote y de media distancia ensayó el cañonazo, que terminó por ingresar en el ángulo superior izquierdo de Cirilo Saucedo.

“No dejamos escapar el encuentro, lo que pasa es que ellos anotaron en momentos claves. Hacen un golazo y qué haces ante ello”, opinó el portero de los fronterizos.

Hambriento, Martín Bravo encimó en busca de incrementar su cuota goleadora. En ese afán, el argentino sacudió el poste izquierdo de Cirilo. La suerte no lo acompañó, pero fue tan participativo que colaboró activamente en el resurgimiento auriazul.

“El futbol es así, cuando no se te dan los resultados la gente enseguida te abuchea, quiere despedir a alguien y es lógico, pero nosotros confiamos en lo que estamos haciendo”, explicó La Rata.

Antes de que concluyera la primera mitad (34’), David Cabrera ejecutó un tiro de esquina por la punta derecha. El esférico aterrizó casi a segundo poste, donde apareció Darío Verón, contundente, para sacudir las redes. La anotación dio tranquilidad a los universitarios.

En la segunda mitad, los Xolos intentaron reaccionar. Les faltó futbol y algo de fortuna. Alejandro Palacios estuvo atinado bajo los tres postes auriazules y, al 70’, Fidel Martínez sacudió las redes. El asistente Miguel Ángel Hernández dudó en levantar el banderín. Finalmente lo hizo y aunque titubeó, estuvo atinado en la elección, porque sí había fuera de lugar.

Preocupado, José Luis Trejo hizo algunos ajustes. Los ingresos de Luis Fuentes y Josecarlos Van Rankin enviaban un mensaje a la defensiva, pero lejos de ello el equipo capitalino se posesionó del balón.

En esa labor, Martín Bravo tomó un segundo aire, desbordó por izquierda, llegó hasta la línea de fondo y envió un pase preciso que David Cabrera aprovechó de “palomita”, al 86’. El tercero aniquiló a los Xolos, sin oxígeno para levantar.

Había que salir de los últimos lugares de la tabla general, en los que se hallaban los felinos. Y en un par de semanas, en las que agonizaban como sotaneros con un puntito, trascendieron al cuarto escalón de la tabla, con siete puntos y un entorno muy distinto al que les pintaba el certamen de Liga, muy al estilo del sui géneris futbol mexicano.

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