Ni Guillermo Ochoa, Héctor Moreno, Héctor Herrera o Diego Reyes.
El mercado invernal de Europa cerró a las 17:00 horas tiempo de México, y de los futbolistas nacionales que juegan en el viejo continente, sólo el delantero Ulises Dávila logró cambiarse de equipo, mejorando su estatus al pasar de la Segunda División de España (Tenerife), donde prácticamente estaba borrado, a la Primera División de Portugal (Vitoria Setubal).
El resto de los mexicanos urgidos de mudanza para mejorar expectativas se quedaron estancados en sus clubes, por lo que ahora deberán esperar hasta el final del campeonato de sus ligas, para resolver su situación.
“No es tan fácil jugar en Europa. A veces hay que dar algunos saltos para al fin encontrar dónde jugar, dónde mostrarte”, ha dicho Dávila, cuya ficha es propiedad del Chelsea inglés, pero que ha sido prestado por distintos clubes, hasta que complete los requisitos para jugar en la Liga Premier.
Los quedados . Guillermo Ochoa deberá seguir comiento banca en el Málaga, el portero mexicano tuvo ofertas del Liverpool de Inglaterra, pero el alto costo de su carta frenó su traspaso. Ahora deberá seguir compitiendo contra el camerunés Carlos Kameni, por minutos en la cancha.
Diego Reyes está prácticamente descartado para jugar en el primer equipo del Porto. El técnico Julen Lopetegui sólo lo utiliza para la Copa. Rumores lo pusieron en el futbol italiano, pero nada se hizo realidad. “He tomado como un reto todo lo que ha pasado en esta temporada. Lucharé hasta lo último para cumplir mi sueño”, comentó el defensor en concentración con la Selección Mexicana.
Héctor Moreno del Espanyol de Barcelona, recién recuperado de una lesión, recibió ofertas que se no concretaron, al igual que Héctor Herrera del Porto, quien está bajo la vista del futbol inglés. Javier Hernández y Raúl Jiménez, con poca acción en el Real y Atlético de Madrid, respectivamente, no podían cambiar de club, al haber jugado ya en dos equipos en este año futbolístico.
Alan Pulido es un caso aparte. El delantero surgido en Tigres fichó por el club griego Levadiacos, después de desligarse del club mexicano argumentando que su contrato había finalizado. El caso se encuentra aún en litigio en el Tribunal de Arbitraje deportivo (TAS).