PARÍS.— El marcador indicó un 2-2 a favor del Barcelona, pero las manos de Lionel Messi en su pierna y su cara de preocupación encendieron las alarmas catalanas.

El genial Leo salió al descanso lastimado del partido de ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones de Europa. El Barça, que en ese momento tenía el marcador a su favor, con tanto del astro argentino, perdió fuerza y terminó por ceder el empate.

Fue un partido y otro sin el ganador del Balón de Oro, baja durante tres semanas.

Muy temprano en el encuentro, los parisinos intentaron mostrarle a los culés que podían dar un golpe de autoridad, con un disparo de Ezequiel Lavezzi, que terminó en el poste.

El cuadro galo se fue con fiereza al frente, pero cometió un grave error, que suele ser letal cuando se enfrenta a uno de los mejores equipos de la historia: perdonó.

La primera hora de partido, el Barcelona lucía tan extraño como su uniforme amarillo y naranja. Su futbol estaba confundido y sin encontrar la portería rival.

Pero cuando la situación se pone difícil, sólo los blaugranas tienen que dársela a Messi para que haga lo que sabe.

Así fue. Un trazo magistral de tres dedos de Dani Alves acabó en los pies de La Pulga, quien sólo cruzó para abrir el marcador (38’).

Al medio tiempo, el considerado mejor futbolista del mundo se quedó en el vestidor del Parque de los Príncipes. Una lesión en el bíceps femoral derecho le dio entrada a Cesc Fábregas.

El conjunto local encontró la confianza psicológica, al ya no ver más al demonio culé, para intentar con mayor atrevimiento el marco de Víctor Valdés. Zlatan Ibrahimovic, en fuera de lugar, remató a boca de jarro para mandar la pelota a la red.

Luego, otra polémica arbitral se dio cita, cuando Alexis Sánchez fue presuntamente derribado en el área por el arquero Sirigu y el penalti marcado por Wolfgang Stark fue cobrado por Xavi.

En los últimos instantes, el Barça se salía con la suya, sin Messi. El marcador con dos valiosos goles de visitante y casi con la eliminatoria sentenciada a su favor.

Con plena locura vivida en Francia llegó un tanto más. Lo consiguió Matuidi en la jugada final, con un disparo aparentemente sencillo, que se le coló al meta Valdés.

Los cuartos de final quedaron abiertos. El Barça no pudo esbozar una sonrisa completa. Su preocupación está en la lesión de Leo, porque sabe que lo va a extrañar para el duelo de vuelta.

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