El Clausura 2014 terminó hace una semana para Gallos Blancos y los rumores propios de un receso de temporada se han multiplicado alrededor del equipo cuyo dueño es investigado por un fraude multimillonario.
Amado Yáñez, quien apenas había cumplido el arraigo al que fue sujeto por autoridades federales, recibió una ampliación del plazo a 40 días más, por lo que la fecha en la que habrá de ser liberado o encarcelado es ahora el 12 de junio.
Sin embargo, al seno del sector deportivo de Oceanografía y Grupo Delfines se sabe que aunque Yáñez Osuna saliera limpio de las acusaciones que pesan sobre él, únicamente se mantendría ligado al equipo Delfines del Carmen del Ascenso MX, por lo que es un hecho que el club cambiará de manos en los próximos días.
Trascendió que la gota que derramó el vaso fue la protesta simbólica del plantel durante un partido de Copa, en el que pintaron de negro en sus uniformes la franja naranja, desdeñando así el sello distintivo de la ‘Era Yáñez’ en Gallos Blancos.
Desde que salió a la luz la situación legal de Oceanografía comenzaron a correr los rumores sobre los probables compradores del equipo, y si el equipo se quedará en Querétaro o se mudará a otra plaza.
El equipo, valuado en 25 millones de dólares de acuerdo con las autoridades que lo intervinieron, es pretendido por más de uno y esta semana cobró fuerza la versión de una oferta concreta de Alejandro Burillo, dueño del descendido Atlante, así como la de un empresario jalisciense, que hasta el momento se mantiene incógnito.
En el caso de Burillo Azcárraga, las últimas versiones indican que su intención será la de dejar al equipo en Querétaro y mantener a los Potros en la segunda categoría, aunque trasladándolos de Cancún a Acapulco o Neza.
Aunque la decisión final podría darse hasta el 12 de mayo, fecha en que se realizará la próxima junta de dueños de equipos de la Liga MX, la solidez de la oferta de Alejandro Burillo podría resolverlo antes.
Y hay muchos interesados en que así sea, pues la falta de liquidez económica del club en los últimos meses generó adeudos, no sólo salariales sino con proveedores, entre ellos el gobierno del estado, que facilita el Centro Gallo de Alto Rendimiento (Cegar) y el estadio La Corregidora, inmueble del que el club debe cerca de 140 mil pesos de servicios (agua y luz), según comentó el oficial mayor, Julio Pérez.
Los jugadores
A la par de los asuntos administrativos está lo deportivo. El lunes pasado el plantel rompió filas en el Cegar tras una reunión en la que poco o nada nuevo se les pudo aclarar a los integrantes. Sea cual sea el destino del equipo, las vacaciones terminan el 2 de junio.
En esa fecha todos los jugadores deben reportarse de nueva cuenta al Cegar, a excepción de Christian Bermúdez y Gil Burón, quienes volverán a América al cumplirse sus préstamos. Tampoco es clara la situación del cuerpo técnico, pues Ignacio Ambriz ha terminado contrato y espera platicar con los nuevos dueños o la nueva directiva para saber si se mantiene el interés en sus servicios, aunque no descartó escuchar propuestas de otros clubes.
Lo que volvió a cambiar es el tema de Diego Guastavino, quien ha sido buscado con insistencia por su antiguo equipo, Universitario de Deportes de Perú, país en el que hace unas semanas los medios daban como un hecho el retorno a su liga del mediocampista uruguayo.
De acuerdo a esas versiones, el sudamericano estaría en condiciones de rescindir de manera unilateral su contrato con Gallos Blancos debido a que se le adeudaban tres meses de sueldo, pero debido a que el club liquidó parte de ese salario, eso ya no es posible y ahora el regreso de Guasta a Perú dependerá de si entra o no en planes de quien quede como entrenador albiazul.
Por último, está el caso de Mario Osuna, quien tras lesionarse ante Pachuca tuvo que ser intervenido quirúrgicamente de los meniscos, procedimiento que se realizó el miércoles en Guadalajara de manera exitosa. Su periodo de recuperación será de tres a cuatro semanas, por lo que deberá estar listo para el inicio de la pretemporada.