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SANTOS.— Tripulan el único autobús azul cielo que aún recorre las apacibles calles del litoral paulista. Cuatro partidos después, los integrantes de la selección costarricense son los únicos representantes de la Concacaf con vida en la XX Copa del Mundo. Su actuación en los campos del gigante sudamericano dice que son los mejores de la región futbolística, aunque se resisten a presumirlo abiertamente.
Llegaron a Santos opacados por el bullicio y glamur que rodea al representativo mexicano, ese que regresó a casa la mañana del lunes. Los ticos permanecen en el torneo, en el hogar del Peixe, lo que —según el volante Celso Borges— “nos deja muchísimo orgullo. El hecho de poder estar representando a la zona nos llena de sobremanera y también nos lleva a una presión muy buena, en la cual estamos levantando el nombre de la zona de Concacaf”.
“Nos deja muy bien saber que somos los representantes, pero también sabemos que tenemos el apoyo de toda la Confederación”, agrega entusiasmado.
Esa que solía tener al Tricolor y a Estados Unidos como sus cartas principales.
Ambos se fueron en los octavos de final, mientras que los dirigidos por el colombiano Jorge Luis Pinto son los únicos que rompen las hegemonías sudamericana y europea en cuartos de final.
Protagonizan la mejor actuación en su historia y lograron el objetivo que se le niega a los verdes desde hace 20 años. No obstante, el futbolista del AIK Estocolmo de Suecia dribla a la presunción y prefiere recordar los blasones logrados por la Selección Mexicana a lo largo de los años, así es que rechaza la etiqueta del “nuevo gigante en la Concacaf”.
“Nosotros hemos hecho las cosas bien. Nos han salido, porque hemos entrenado duro para eso”, sentencia. “En lo que es historia de Copas Mundiales, obviamente, México tiene una ventaja, porque ha jugado más, pero mejor que eso [si son los mejores del área] que lo respondan otros. Nosotros nos estamos dedicando a hacer nuestra propia historia”.
“Llegamos a un punto en el que definitivamente queremos vencernos a nosotros mismos. Lo demás, no sé...”.
De lo que sí están seguros es que su juego del sábado frente a la selección de Holanda, en la Arena Fonte Nova de Salvador de Bahía, no tendrá algo que ver con el que la Naranja Mecánica echó dramáticamente a los futbolistas de Miguel El Piojo Herrera.
“Todos los partidos son diferentes. El de México contra Holanda va a ser distinto al de nosotros”, sentencia de manera tajante el defensa Johnny Acosta. “Sabemos que es un gran rival, y lo respetamos, pero vamos a tratar de ganar”.
“Vamos con la misma base que nos ha dado resultados en estos partidos”, respalda Borges. “Durante toda esta Copa del Mundo, nos hemos enfrentado con equipos diferentes y ahora es otra ocasión para estar todavía más unidos, además de seguir demostrando, por qué Costa Rica ha hecho muy bien las cosas en lo que va de este Mundial”.
No sólo salieron vivos, lideraron el “Grupo de la Muerte”, en el que fueron acompañados por Uruguay, Italia e Inglaterra. Han superado su inolvidable actuación en 1990, cuando alcanzaron los octavos de final, mas su anhelo de gloria es insaciable.
“El grupo sigue con hambre, ambicioso. No se nos ha quitado ese deseo, lo cual es importantísimo”, valora Borges. “Sí, lo que se ha hecho es trascendente, pero lo que está por realizarse también... Ya tiene una repercusión mundial, pero nos encantaría que sigan hablando de Costa Rica como una selección sólida, fuerte, ambiciosa, y para eso se necesita dar buenos resultados”.