Río de Janeiro.— Pocas veces se puede ver a la arquera mexicana Aída Román disfrutar tanto, son-reír sin pausa y hasta bailar samba. Ayer lo hizo.
Y es que, la seleccionada nacional de tiro con arco está feliz. A dos días de iniciar su aventura en los Juegos Olímpicos de Río, la capitalina está más que contagiada del ambiente festivo de los cariocas y optimista en poder sumarle una medalla más a la plata obtenida hace cuatro años en Londres 2012.
“Esta experiencia ha sido padrísima. Convivir con tantos atletas de todas partes del mundo es algo inigualable, porque compartes el sueño que tienen de lograr una medalla. Aunque ya tengo una experiencia olímpica es como si fuera mi primera vez en este tipo de competencias”, comparte.
Un brillo especial emana de la ojiverde cuando habla de la posibilidad de subir al podio en Río.
“Tengo muchas expectativas, ilusiones y ganas de comenzar a competir. Sí, me siento un poco estresada, porque estas no son enchiladas y va a ser muy difícil, pero México tiene con qué pelear”.
Los primeros días de entrenamiento en el Sambódromo han sido de aprendizaje.
“La sede me parece muy bonita, muy tradicional y me va a encantar entonar ahí el himno nacional. Estoy tranquila porque me respaldan años de entrenamiento, semanas completas sin descanso y mucha dedicación”.
Aída es una líder y ese es el papel que asume frente a sus compañeros de disciplina (Alejandra Valencia, Gabriela Bayardo y Ernesto Boardman). A ellos les aconseja disfrutar de su primera experiencia olímpica y no presionarse, al ser el tiro con arco una disciplina con posibilidades de medalla.
“Ellos tienen mucho talento y están entre los mejores del mundo y lo saben. Lo que tienen que fortalecer es la mentalidad, creerse que sí se puede, que pueden ser protagonistas y dejar atrás a las grandes potencias”.
Aunque en general, la organización de la justa le ha parecido bien, Aída comparte algunos aspectos que le gustaría fueran diferentes.
“Por ejemplo, en el comedor no hay tanta variedad en el menú. Hay comida italiana, pero no hay nada mexicano, en lo que se refiere al transporte, hasta ahora ha sido puntual y muy eficiente”.
El ambiente carioca contagia a Román, quien por algunos minutos sigue bailando a la espera de su gran día.